La empresa malagueña nanotecnológica Yflow ubicada en el Parque Tecnológico de Andalucía (PTA) ha diseñado un tejido antimicrobiano que, incorporado a los envases, alarga la vida de los alimentos. Este tejido 'inteligente' desprende agentes antimicrobianos encapsulados procedentes de plantas medicinales que se liberan cuando el alimento comienza a generar ciertos compuestos.
La novedad es que los investigadores de la firma han aplicado en los detectores de bacterias su propia técnica: microchorros que conforman cápsulas al aplicarles un campo eléctrico. Este método patentado por Yflow consigue generar chorros coaxiales --un líquido fluye por el interior del otro-- del tamaño de micras que, al romperse, conforman cápsulas.
De esta forma sirven de recipiente y se puede introducir en ellas otro material. "Creamos chorros con un diámetro más pequeño que un cabello que se rompe en diminutas gotas. Otras veces, al igual que ocurre al sacar el pincel de un esmalte de uñas, con ciertos materiales los chorros no se rompen, formando hilos microscópicos", ha explicado el responsable de I+D de la empresa, Ignacio G Loscertales.
Al sintetizar materiales en forma de fibras, como podría hacerse rodando un bloque de plastilina entre las manos hasta que se forma un filamento delgado muy largo, éstos presentan mucha superficie a pesar de tener poca masa. Cuando, además, estas fibras poseen diámetros nanométricos, las propiedades de estas nanofibras comienza a diferir respecto de los materiales originales.
Sin embargo, y sin necesidad de llegar a tamaños tan pequeños, la tecnología de Yflow permite también generar, de manera sencilla, fibras con diámetros en torno a la micra que se constituyen en vehículos ideales para realizar liberación controlada de agentes activos, según han explicado desde la empresa en un comunicado.
En este caso, los expertos han diseñado microfibras que reaccionan cuando detectan ciertos compuestos perjudiciales en un envase alimentario y, como respuesta, liberan agentes antimicrobianos procedentes de plantas medicinales, como el romero, previamente incorporados en las microfibras.
El proceso comienza sintetizando en un único paso las microfibras que encapsulan al extracto vegetal. A continuación, comprueban el funcionamiento de la liberación controlada del extracto desde las microfibras y analizan in vitro cómo afectan a la población bacteriana del alimento. En concreto, están trabajando con muestras de pescados envasados.
MICROCHORROS
La empresa Yflow no sólo estira sus disoluciones de materiales, también las aplicaciones de su método patentado. Así utiliza su técnica de creación y control de chorros electrificados para sintetizar nanopartículas de interés en la industria alimentaria, también para mejorar el comportamiento de adhesivos, textiles impermeables, resinas aeronáuticas más resistentes o incluso en el ámbito de la seguridad.
La variedad de ámbitos de actuación guarda relación con el dominio de una técnica que empezó a gestarse en los laboratorios de las universidades de Málaga y Sevilla hace más de una década y que esperan aplicar ahora a la Bioingeniería con el diseño de cápsulas para la liberación selectiva de medicamentos.
"Es el área donde nos queremos introducir en el futuro con nuestro método sencillo para crear nanochorros electrificados para producir, a partir de su rotura o hilado, nanopartículas complejas como nanocápsulas, nanofibras y nanofibras huecas (nanotubos)", ha concluido Loscertales.