El juez instructor del caso Nóos, José Castro, da validez a los correos aportados a la causa con los que el exsocio de Iñaki Urdangarin, Diego Torres, quiere probar que la Casa Real supervisaba las actividades del Instituto Nóos, aseverando que la "autenticidad" de los mismos "mayoritariamente no ha sido puesta en duda por los, en algunos casos, intervinientes, y en otros aludidos", en referencia a las personas cuyo nombre figura en los correos.
Mediante una providencia a la que ha tenido acceso Europa Press, el magistrado alega asimismo que los emails tienen "como nota común" el hecho de que su envío o recepción se ha producido "en el entorno de la Asociación Instituto Nóos de Investigación Aplicada o de la Fundación Deporte, Cultura e Integración Social [pertenecientes al entramado de Nóos], y han venido al pleito de la mano de su responsable", en alusión al propio Torres.
De esta forma, el juez desestima la petición que efectuó la representación procesal de Robert Cockx, presunto testaferro de Urdangarin en Suiza, de investigar la procedencia de los correos electrónicos incorporados al procedimiento de forma que se determinase si podían o no constituir prueba lícita en la causa.
Uno de los nombres que más figura en los emails es el del secretario personal de las Infantas, Carlos García Revenga, quien en un correo remitido al Duque, en octubre de 2003, le ofrecía instrucciones sobre la forma como el marido de la Infanta debía responder a diversas propuestas empresariales. Un correo que comenzaba diciendo "creo que puedes contestar que te tomarás mucho interés en el tema" y en el que además se despedía de Urdangarin con un "que seas bueno, que sé que te costará".
El email, incluido entre los numerosos correos aportados por Torres, a los que tuvo acceso Europa Press, está fechado en concreto el 29 de octubre de 2003, un año antes de que el yerno del Rey Don Juan Carlos iniciase su andadura como presidente del Instituto Nóos, cargo que ostentó hasta junio de 2006, cuando la Casa Real le instó a dejar sus negocios.
También el nombre del asesor externo de la Casa Real y Conde de Fontao, José Manuel Romero, figura en varios de los correos. Según declaró Torres, Romero, a quien los investigadores prevén próximamente llamar a declarar, le habría recomendado a Urdangarin guardar las apariencias si seguía al frente de sus negocios, de forma que no se mostrase "en primera línea" de los mismos, tras la teórica desvinculación del Duque de sus negocios.
URDANGARIN "NO QUERÍA SER UN FLORERO"
Sobre esto, Torres aseveró ante el juez que, una vez la Casa Real instó al Duque a abandonar sus negocios relativos al Instituto Nóos, el mensaje que se le transmitió fue que "no se preocupara, que ya le conseguirían consejos de administración y que, por lo tanto, la parte económica la tendría resuelta".
Tal y como añadió el encausado sobre este ofrecimiento, "sinceramente yo creo que eso le honra", puesto que Urdangarin "no quería ser un florero y lo que quería es poder tener un desarrollo profesional".