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Valdelagrana, el problema

Ciertos paralelismos con lo vivido la temporada pasada, alertan a los aficionados una segunda vuelta traumática.

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  • Del Cuvillo han volado esta temporada 19 puntos. -

Encendemos las alarmas o esperamos. Tres jornadas sin vencer no debieran ser motivos para ello. Cierto. Tampoco hay motivos, por ahora, para una preocupación extrema. También. No hay que dramatizar, como no hay que negativizar todo cuanto se hace.

Sería incoherente e injusto. Y como aún hay tiempo para voltear la situación, es el momento de, sin presión ni obligaciones, de encontrar soluciones y hallar motivos a seguir confiando en que la segunda vuelta sea menos traumática, en cuanto a encuentros disputados en el Cuvillo se refiere.

Desilusión, hastío y aburrimiento generalizado, empiezan a ser los argumentos de una afición que palidece nada más pensar lo que puede a venirse encima de aquí a jornadas venideras. Cada vez encuentra menos motivos y más resignación ante una situación que no le es nueva.

Más que por los resultados, que también lo es, por la poca afinidad que ha ido encontrando en cada encuentro que ha podido presenciar en Valdelagrana. La pobre imagen, las escasas ideas y la pésima dinámica en la que parece haberse abonado, se ha ido repitiendo jornada tras jornada. Y esos son los motivos del 'enfriamiento' de una grada que acogió este ejercicio con una inusitada ilusión.

Ser el peor equipo como local no es más que la consecución de varios factores que han influido negativamente en la marcha irregular. Y es que tal y como apuntábamos en la edición del pasado lunes, la similitud de esta temporada y la pasada empiezan a ser más que evidentes. Paralelismos peligrosos y notorios. Y no, únicamente, al factor campo del que no se sacó provecho alguno.

Precisamente, el patético estado en el que se encuentra el sintético, sirve, aunque sea, eso sí, en petit comité, para 'culpabilizar' en parte de las dificultades de elaborar un juego más o menos fluido. La razón se encuentra en el fútbol desplegado a domicilio y los puntos sumados. Igualmente, no es más que otro factor influyente más.

Frialdad

La memoria es la peor compañera que puede encontrar los racinguistas a poco que no mejore los guarismos en este segundo tramo liguero. Las comparaciones traerán al presente todo lo padecido el curso anterior.

Lejos, demasiado, quedan en el tiempo las ilusiones y las esperanzas de lo que se intuía en una campaña menos traumática. De hecho, hasta no hace demasiadas fechas, la posibilidad de acceder a posicionarse entre los cuatro primeros, fue una realidad más que una quimera.

Ciertamente y tal y como se recuerda la versión oficialista, la permanencia es el objetivo. Como tampoco se debiera olvidar que ésta pasa ineludiblemente por vencer como local y las dificultades encontradas no invita, precisamente, a una mejoría drástica.

Los inconvenientes se acumulan, ya no solo en materializar las escasísimas ocasiones que se crean, sino en paliar las bajas sensibles a nivel ofensivo. Las inoportunas ausencias de Juanmi y Expósito dificultan, aún más, a la hora de sorprender al rival de turno.

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