El artista linense Víctor Quintanilla es profesor de instituto y un extraordinario escultor, autor de piezas muy originales construidas a partir de objetos cotidianos, como esa dama del siglo XVII o el Quijote, ambos hechos con cubiertos y utensilios de cocina, expuestos algunos en el Palacio de Congresos tras muchos años en el Teatro Municipal La Velada.
Otros forman ya parte maravillosa del paisaje de nuestro Instituto Cervantes de Gibraltar, que muestra un total apoyo a este linense, a este campogibraltareño, que, quizás porque vive aquí, no se le da la importancia que realmente tiene con su obra.
Además, posee una importante colección personal de objetos. Víctor Quintanilla aspira a que todo este conjunto de obras sea convertido en una fundación.
Está volcado desde hace muchos años en el proyecto de dotar a la ciudad de un nuevo espacio cultural, un museo en el que se recojan no sólo sus magníficos y en muchos casos originales trabajos, sino también aquellos vestigios que han ido conformando la historia de la ciudad.
Víctor quiere llamarlo Museo Metropolitano, y este gran artista linense lleva años intentado sacar adelante este ambicioso proyecto después de que fueran paralizadas las obras de construcción de viviendas que se ejecutaban en el inmueble de la calle Clavel esquina a Sagunto.
Tras quedar descartado finalmente que fuera para albergar viviendas, el edificio fue destinado al museo de Víctor Quintanilla.
En el mismo, una vez que sea concluido, serán exhibidas obras suyas, algunas de las cuales se exponen de manera permanente en el Palacio de Congresos y Exposiciones y en el Teatro Municipal La Velada, aunque sus palabras en el Cervantes el Día de la Hispanidad denotaban un cierto cansancio de una persona que lo único que quiere es dotar a ciudad de un hermoso museo que sea el orgullo de La Línea y la comarca.
Quintanilla fue el encargado de ofrecer el pregón de la Feria en 2009. El artista ofreció un montaje que no dejó a nadie indiferente al no ser un pregón al uso e incluir una especie de espectáculo del propio artista. Él mismo había asegurado semanas antes que iba a improvisar y que no iba a leer ningún discurso y advirtió de que su pregón podía no gustar.
Espero y deseo que su Museo Metropolitano sea pronto una realidad en una comarca que está falta de infraestructuras culturales y no es fácil encontrar artistas como Víctor, dispuestos a donar toda su obra y su propia colección.