Un hombre israelí de unos 50 años de edad se ha prendido fuego a lo bonzo durante una manifestación de 'indignados' celebrada en Tel Aviv para recordar el primer aniversario de las movilizaciones a favor de una mayor justicia social y para protestar por el alto coste de la vida.
El hombre ha sufrido quemaduras de tercer grado en el 80 por ciento de su cuerpo y ha sido trasladado un centro hospitalario. Su estado es grave, aunque no se teme por su vida.
Testigos presenciales han relatado que el hombre repartió varias copias de una carta que leyó antes de rociarse con un líquido inflamable y prenderse fuego. "El Estado de Israel me ha robado, me ha dejado sin nada. Culpo a Israel, a (el primer ministro) Benjamin Netanyahu y a (el ministro de Finanzas) Yuval Steinitz por la continua humillación que tienen que soportar día tras día los ciudadanos de Israel. Se lo quitan a los pobres para dárselo a los ricos", denunció.
Un activista, Ofer Barkan, ha asegurado que el ahora hospitalizado era de Haifa y que ya había participado en las protestas del año pasado. "Le conocimos el verano pasado. Era una persona completamente normal que vivía en Tel Aviv, pero su negocio se hundió. Trabajó como taxista, pero sufrió un ataque al corazón por el que se quedó en el paro. Se marcho a Haifa porque no podía pagarse la vida en esta ciudad", ha relatado.
Según Barkan, el hombre había amenazado en varias ocasiones con prenderse fuego. "Creíamos que podía hacerlo, pero no lo sabíamos", ha añadido en declaraciones al diario israelí 'Haaretz'.
Las manifestaciones para recordar el primer aniversario de las protestas, desencadenadas poco después del 15-M español, han reunido este sábado a miles de personas en Tel Aviv, Haifa, Beer Sheva, Jerusalén y Afula.
MULTITUDINARIAS MARCHAS
Unas 10.000 personas han tomado las calles de Tel Aviv, el epicentro de las movilizaciones que este sábado han cumplido un año, para reiterar su máximo reclamo: más justicia social y más facilidades para los jóvenes israelíes.
El año pasado, las protestas se originaron en la capital financiera de Israel, cuando el cabecilla de las manifestaciones, Dafni Leef, levantó la primera tienda de campaña en el céntrico bulevar Rothschild. Las movilizaciones se expandieron a casi una decena de ciudades, en una ola de indignación sin precedentes en Israel.
Las consignas coreadas en las marchas tienen como principal objetivo al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y a su Gobierno. Unas mismas condiciones para la realización del servicio militar obligatorio también ha sido una de las principales demandas, en referencia a que los ortodoxos tengan que hacerlo como el resto de ciudadanos hebreos.
La variedad de eslóganes y demandas ha abundado en la protesta de Tel Aviv, donde alrededor de 150 personas han iniciado un marcha paralela de norte a sur de la ciudad para exigir más justicia social y una mayor inversión del Gobierno en las zonas periféricas y más deprimidas de las urbes israelíes. Los asistentes a esta manifestación consideran que la congregación del centro de Tel Aviv está demasiado politizada, según ha recogido el periódico israelí 'The Jerusalem Post'.
Asimismo, en Jerusalén, 500 personas han marchado desde el céntrico parque Menora hasta la residencia de Netanyahu. Las ciudades de Haifa y Beersheba también han sido escenario de protestas contra el Gobierno y con motivo del primer aniversario de las movilizaciones de los 'indignados' israelíes.