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Sevilla

El TS revisa la condena a un joven que violó y mató a su vecina octogenaria

Después de beber y consumir drogas en una fiesta

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El Tribunal Supremo deliberará el martes sobre los recursos contra la sentencia que impuso 29 años y once meses de cárcel a un joven de 23 años que violó y mató a su vecina de 78 años tras consumir numerosas drogas en una fiesta.

Fuentes del caso han informado a Efe de que la sala de lo penal del Supremo ha fijado el día 12 para la votación y fallo de los recursos, en los que la acusación particular solicita 44 años de cárcel por asesinato, violación y allanamiento de morada y la defensa del joven pide que la condena quede en tres años de prisión por homicidio con la atenuante de trastorno mental derivado del consumo de numerosas drogas.

El acusado Borja B.O., entonces de 23 años, acudió el 5 de junio de 2010 con un amigo a un concierto de música electrónica en el Estadio Olímpico de Sevilla, donde consumió alcohol, drogas o ambas cosas a la vez, por lo que a las 8 horas de la mañana siguiente estaba en un "estado de agresividad que llamó la atención" a su acompañante.

Su amigo esperó una hora y 45 minutos "para que le diera el aire y se le pasara", tras lo cual llevó a Borja en coche a su domicilio del Parque Alcosa de Sevilla.

Según la sentencia, el acusado se encontró en el rellano a su vecina E.G.L., una mujer "extremadamente delgada y frágil", pues medía un metro 45 centímetros y pesaba 43 kilos, por lo que los jueces consideran demostrado el delito de asesinato dado que "la superioridad física del atacante era abrumadora".

El acusado, "movido por un torpe deseo de satisfacer sus impulsos sexuales", según el fallo, se abalanzó sobre la mujer, le propinó varios golpes en la cabeza con suma violencia y, cuando la víctima estaba aturdida y conmocionada, la violó.

A continuación tomó un cuchillo de ocho centímetros de hoja de la cocina y apuñaló a la víctima en 21 ocasiones, siete de ellas junto a los genitales externos y tres en el corazón que fueron mortales.

Aunque las acusaciones imputaron inicialmente a Borja un allanamiento de morada, la Sección Primera de la Audiencia no consideró probado tal delito pues un vecino vio a ambos charlando normalmente en el rellano y luego oyó la puerta de la anciana cuando se cerraba "sin golpes, portazos ni estridencias".

Tras la agresión el acusado abandonó la vivienda, donde dejó olvidados sus calzoncillos, camiseta y calcetines, y entró en su casa, donde se acostó hasta que diez horas después llamó a su amigo y le dijo "tío, ayúdame que me he cargado a una persona".

Acompañado por su amigo, Borja recogió el cuchillo que había tirado desde la ventana a unos jardines y a continuación, en compañía de su padre, acudió a una comisaría y se entregó.

La Audiencia de Sevilla impuso al joven ocho años y once meses de cárcel por un delito de agresión sexual y 21 años por asesinato, junto al pago de una indemnización de 90.000 euros a la única hermana de la fallecida, con la que estaba muy unida.

Aunque el acusado lo negó, la sentencia consideró probado, en base a las lesiones de la víctima, que hubo una penetración vaginal consumada, violenta y no consentida, y sostuvo que el hecho de que no apareciesen restos de espermatozoides "simplemente permite suponer que no hubo eyaculación o que el agresor usó preservativo".

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