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¿Qué van a hacer con las dotaciones de los barcos de guerra que pretenden inmovilizar?

Esa es la gran pregunta que se hacen desde Navantia a la espera de que saber qué ocurre con la segunda fase de los BAM y su ejecución. Mientras, los astilleros tratan de mentalizar a la sociedad que la falta de cargas de trabajo perjudica a todos.

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“Lo que queremos transmitirle a la ciudad es lo que hemos sido, lo que somos y lo que queremos seguir siendo. Somos constructores, reparadores, sistemistas de buques… pero no solamente eso. Hay que recordar que en los dos últimos años hemos sido capaces de generar 12.500 puestos de trabajo, que han sido más de 200 empresas de esta comarca las que han trabajado en nuestro centro durante estos últimos años y han facturado más de 220 millones de euros netos para ellas y eso significa mucha riqueza, mucho tejido industrial, mucha economía social”.

Esas son las credenciales que ponía sobre la mesa el presidente del comité de empresa de Navantia San Fernando, José Antonio Oliva, a la vez portavoz de las tres plantas de la Bahía de Cádiz, en la exposición de instalada en la plaza del Rey este jueves, pero sobre todo la condición de empresa pública de Navantia, el último de los nombres de la antigua Empresa Nacional Bazán, la que desde su creación ha sido media vida de La Isla, aspiraciones de muchos, aprendizaje de muchos, sustento de tantos como han pasado por ella.

La importancia de ser empresa pública es que “tenemos que revertir en la ciudad, en la comarca y sobre todo, en la sociedad”. Es el mayor activo y por el que pretenden movilizar a toda la sociedad isleña y de la Bahía lo mismo que lo han hecho en otras ocasiones porque lo que está claro es que si hay una empresa capaz de llegada la hora de la verdad sacar a la gente a la calle, es la antigua Bazán.

“Lo que estamos exigiendo es carga de trabajo. Lo que le estamos diciendo al Gobierno es que recortar, recortar y recortar es mentira que menos es más. Menos no es más ahora ni lo va a ser mañana. Por tanto recortar convierte en pequeños, casi insectos, y eso hay que remediarlo generando empleo”, dice Oliva.

Vienen diciendo desde hace meses que Navantia “no es un problema, es la solución para generar riqueza y un empleo estable y de calidad. Como mínimo para rememorar los mismos datos que hemos dados en los últimos ocho años, que hemos sido efectivos a la sociedad que es nuestro fin como empresa pública”.

Diez millones, 2.000 empleos
Aparentemente, la solución es “fácil”. Diez millones de euros en los Presupuestos Generales del Estado para 2012 significa la orden de ejecución de la segunda fase de los Buques de Acción Marítima (BAM), que en sólo un año va a generar 2.000 puestos de trabajo. “La ecuación es muy clara, diez millones de euros, 2.000 puestos de trabajo. No hay generación de empleo más barato para esta comarca que esa, no hay mejor plan de empleo que darle carga de trabajo a los astilleros”, dice José Antonio Oliva.

El BAM, además, es un buque del que el 94 por ciento de su facturación se queda en empresas españolas, el primer buque de la Armada de patente enteramente nacional, una patente que “está peligrando si no somos capaces de construirlo” y el 72 por ciento se queda en empresas de la zona. Además, tiene un gasto mucho menor que lo que puede costar al erario público una fragata protegiendo a los pesqueros.

“Es un buque austero, por lo que es una falacia hablar del recorte de gastos” e insistiendo en la patente de estos buques, Oliva señala un dato importante sobre este proyecto y es que los primeros BAM no salieron del presupuesto del Ministerio de Defensa sino del Ministerio de Industria porque “es un producto de I+D+i” (Investigación, más Desarrollo, Más Innovación). Esto es, el valor añadido que ha sido víctima de uno de los recortes más protestados –incluso por personalidades científicas de todo el mundo- al condenar a España a un futuro dependiente de los países constructores y exportadores de productos. Esto es, a un producto de consumo basado con una economía basada en el sector servicios.

Lo más curioso es que en los PGE de 2012 hay partidas para poder destinar esos diez millones de euros a la construcción de los BAM, que es lo mismo que hacerlo a explotar la patente y crear esos puestos de trabajo en la Bahía. El Ministerio de Industria cuenta en sus presupuestos con 72 millones de euros para programas de Defensa de alta tecnología como es el proyecto del BAM.
Estando ese dinero recogido en los PGE para 2012 dentro de las partidas del Ministerio de Industria, lo que se vería con malos ojos por parte de los trabajadores y de toda la sociedad en general (casi toda) es que sí se destinaran grandes cantidades a los proyectos de General Dinamic, Airbus, a todas esas empresas privadas que no repercuten en las arcas del Estado y no aprobaran los BAM.

Ataques directos
A partir de ahí llegan las respuestas a los ataques que desde sectores interesados llegan a los comités de empresa, a los sindicatos, a los propios trabajadores, en muchos casos tirando a matar.  El último anuncio del Gobierno de la Nación, en esa filosofía del ahorro como única salida, era que parte de la Flota sería amarrada a puerto o restringida su actividad, lo que es lo mismo que restringir el trabajo habitual de la Marina.

“Yo me pregunto dónde van a meter a esas dotaciones de la Armada cuyos barcos van a dejar de hacer sus funciones. Ojo con esta cuestión, porque podemos temer mañana aquí a los compañeros de la Armada tomando esta plaza (plaza del Rey) también. Eso no es real”, dice el presidente del comité de empresa de Navantia San Fernando sobre los anuncios del Gobierno.
Hay otro componente más en esta cuestión es que el gasto de un buque amarrado a puerto puede ser mayor que navegando, igual que su deterioro que obligaría a costosas reparaciones. “El gasto será muchísimo mayor, a no ser que lo que quieran es acabar con la Armada”.

¿Qué para qué se necesita construir nuevos barcos cuando se quieren amarrar a puerto algunos de los que hay? Pues porque un barco, y una flotilla de barcos, menos aún, no se construye en un año o dos, sino que es cuestión de un tiempo en el que también van envejeciendo las unidades de la Armada que están ahora navegando (hasta que las amarren). En el caso de los BAM se trata incluso de un buque que el presidente del comité de empresa de Navantia-San Fernando considera “políticamente correcto”, además de todas las razones expuestas porque es un buque destinado a la protección de los pesqueros, a acciones humanitarias… se podría pintar perfectamente de blanco en vez de gris”.

Hay crisis, pero...
Los representantes de los trabajadores no olvidan que hay una crisis y que hay recortes, porque “es un hecho” pero responden que un millón de euros de cargas de trabajo en Navantia genera 35 empleos, más que el sector de la construcción. “Si recortar quiere decir que todos tenemos que ir al paro… Pero yo creo que incluso es mejor invertir en Navantia porque un euro invertido revierte en cuatro en el Estado en pago de IRPF, Seguridad Social… Porque generar empleo en una empresa pública, en cualquiera, genera dinero a través de impuestos en las arcas del Estado, con lo que el debate está claro. Y la Armada lo necesita, porque si no, no hubiera firmado un acuerdo con Navantia pidiendo esa segunda fase. No es cuestión de recortes porque entonces podrían recortar incluso en la propia defensa. Incluso en gestión del Ministerio de Defensa, del que algún día podremos hablar sobre cómo se han hecho las cosas”. 

La Armada los necesita                                                                                                                                       La pregunta del millón, hecha por un periodista a un sindicalista, es si dada la situación económica estarían dispuestos a admitir recortes salariales para hacer más competitiva la empresa pública llena de tantas ventajas para todos. José Antonio Oliva pone como ejemplo cómo el Gobierno francés le fabricó gratis a la Armada francesa el equivalente al BAM español para que lo explotara durante cinco años, simplemente por el empleo que generaba.

“Lo que no se puede es hacernos creen que vas a generar nueva riqueza industrial a través de inversiones porque dinero no hay. Aprovéchate de la riqueza que ya tienes y aprovéchate de riqueza no solamente cultural sino industrial de esta ciudad que lleva 300 años, porque el primer buque de acero de la historia de la navegación en España se hizo en este astillero. Por lo tanto aprovéchate de esos resortes que tiene y sobre todo sácale brillo y lustre a la empresa pública”.

En cuanto a los costes laborales que tienen los astilleros, José Antonio Oliva sacó a relucir a un presidente de Navantia y del Instituto de Crédito Oficial (ICO), Aurelio Martínez, es que los costes laborales, sociales y de sueldos de Navantia no superan al 30 por ciento, “cuando en la Sony son el 38 por ciento, en al Toyota, el 42… Es otra falacia más decir que somos un lastre en ese sentido. Este empresa se puede manejar perfectamente con ese 30 por ciento de coste salarial. Incluidos los directivos, que cobran diez veces más que nosotros”.
 

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