Se auguraba un duelo en las alturas entre el mejor equipo casero y el que más puntos amarra cuando juega lejos de casa. Primero contra segundo, un derbi provincial de los que atraen al aficionado, conocedor también de que los albinegros no juegan precisamente a especular con el tiempo. Con estos ingredientes, el juego no defraudó a nadie por su ritmo, ocasiones y emoción en el marcador.
Por el Cádiz, Cases parece seguir haciéndose con un hueco en la mediapunta, esa demarcación tan solicitada por Jose González. En esta ocasión, el reciente fichaje jugó por detrás de un fallón Akinsola, que tuvo opciones, pero estuvo fino en los controles.
Con un leve dominio visitante trascurrieron los primeros minutos, pero fue un espejismo en cuanto el equipo cadista dijo “aquí estoy yo” y comenzó a imponer su mayor calidad tanto individual como colectiva.
A partir del minuto veinte, el partido tuvo color amarillo. Salvo acercamientos esporádicos de una bien ordenada Balona, las ocasiones de gol siempre caían del lado local. Primero Cases y luego Toti y De Coz probaron a Pagola sin suerte. La más clara de estas ocasiones fue la de Toti, que con todo a favor remató fuera una buena jugada de equipo.
En el último minuto de la primera mitad, Akinsola pudo dar una alegría al cadismo, pero tras un perfecto pase de Ferreriro no fue capaz de superar a Pagola en el uno contra uno.
Merino salvó el gol nada más darse inicio a la segunda mitad. El antiguo jugador cadista robó el balón en el último instante, justo antes de que Akinsola batiera a Pagola gracias a un perfecto pase de David Ferreiro. El gallego está a otro nivel y se sale de la categoría, que se le queda muy pequeña dado el nivel que viene mostrando partido tras partido.
Acto seguido fue Cases el que disfrutó de una gran ocasión. Una entrada por la banda izquierda finalizó con pase atrás de de Akinsola para el mediapunta, cuyo intento de ajustar el balón terminó perdiéndose fuera por poco.
El Cádiz iba claramente a por el partido y por puntos ya merecía como mínimo un gol, pero, una vez más, fue Ikechi quien cambió el partido. Tocado el escocés durante la semana y duda hasta última hora, fue Toti el elegido para salir como titular. Sin embargo, Jose González deshizo este cambio inicial a falta de media hora y la ovación que recibió el velocísimo extremo en el cambiopresagiaba otra tarde dulce.
Dicho y hecho, la primera vez que Ikechi tocó el balón puso un centro peligroso que no pudo rematar Ferreriro. En la segunda volvió a irse por velocidad y su pase de la muerte a Akinsola terminó con Gallardo trabando dentro del área al delantero. Penalti y el partido en las botas de Ferreiro, que marcó con suspense al fallar el lanzamiento, pero batir a Pagola en el rechace.
Ese gol hacía justicia a los méritos de unos y otros, pareciendo más cerca el segundo tanto local que el primero visitante. Pero no fue así, ya que Ocaña, el más bajito de la clase, ganó la partida a la defensa amarilla en un saque de esquina y con un perfecto remate de cabeza subió las tablas al marcador de un Carranza mudo.
El Cádiz tuvo ocasiones para haber marcado antes y para hacer el segundo gol, pero su puntería no estuvo fina y al final iba a ceder un empate en casa. El 1-1, en definitva, hizo justicia para los albinegros, que sacaron provecho a su planteamiento.