Entre las medidas, aprobadas con el apoyo de 154 diputados socialistas y el voto negativo de 144 parlamentarios opositores, destacan una tasa especial sobre bienes inmuebles, una reducción del nivel mínimo a partir del cual se debe pagar el impuesto sobre la renta y un gravamen solidario especial a abonar en 2011 y 2012.
También se prevé el recorte de las pensiones de empleados públicos y la eliminación de casi todos los complementos que los funcionarios cobraban al margen de sus sueldos, además de que unos 30.000 trabajadores del Estado perderán su empleo el próximo año.
En esta segunda jornada de huelga general en Grecia se produjeron violentos enfrentamientos entre la policía y manifestantes radicales, en los que un sindicalista falleció y al menos otras 40 personas resultaron heridas.
El país estuvo bloqueado por el quinto paro laboral en lo que va de año, convocado por los sindicatos mayoritarios del sector privado y público, en protesta por las medidas de austeridad más recientes que finalmente fueron aprobadas esta noche en el Parlamento.
Debido a la huelga de 48 horas, desde el miércoles no funciona el transporte público urbano, el marítimo y el aéreo, mientras que hospitales y oficinas públicas no atendieron a los ciudadanos y las escuelas también permanecieron cerradas.
Decenas de miles de manifestantes bajaron a las calles de Atenas y de las principales ciudades griegas para expresar su malestar por las medidas con las que el Gobierno socialista quiere asegurarse la ayuda financiera internacional.
En los enfrentamientos, un sindicalista de la construcción de 53 años murió a causa de un paro cardiaco que sufrió en la clínica capitalina en la que había sido ingresado, tras ser alcanzado en la cabeza por una piedra lanzada durante una manifestación.
Al menos 40 personas sufrieron heridas por los incidentes entre radicales, sindicalistas y policía, que usó gases lacrimógenos en la céntrica plaza Sintagma para dispersar a los manifestantes.
El líder de la oposición conservadora, Antonis Samarás, expresó su pésame a la familia del fallecido y declaró que "el Gobierno ha perdido el control de la situación", por lo que llamó a mantener la calma.
La crisis económica griega ya se ha cobrado cuatro víctimas mortales en las manifestaciones en contra de las políticas de ahorro y austeridad.
Tres personas fallecieron en mayo del año pasado calcinados en una sucursal bancaria atacada en Atenas con un coctel molotov.
El proyecto de ley que fue adoptado esta noche en la Cámara pretende recaudar en los próximos 27 meses unos 7.100 millones de euros adicionales para sanear la economía griega.
Las medidas incluyen recortes del gasto público, en pensiones y salarios, además de aumentos de impuestos, lo que rechaza la oposición política y también un creciente sector de la población.
Pero las discrepancias crecen en las filas de la formación socialista PASOK, en el Gobierno, que en el trámite parlamentario perdió un escaño, al no sumarse plenamente a la disciplina de partido la exministra de Economía y de Trabajo Luca Katseli.
Katseli votó en contra de algunos artículos de la ley, aunque dio su visto bueno a la totalidad del proyecto, lo que llevó al primer ministro griego y presidente del PASOK, Yorgos Papandréu, a expulsarla de la formación.
Ello deja al partido con 153 escaños y estrecha su mayoría en el Parlamento, de 300 escaños.
Horas antes del trámite parlamentario, Vaso Papandréu, excomisaria europea y exministra, declaró que sería "la última vez" que votaba a favor de las medidas.
El ministro de Finanzas griego, Evangelos Venizelos, manifestó que si el proyecto de ley no se aprobaba no había razón para ir a la cumbre europea del domingo, donde se espera una decisión definitiva sobre el segundo rescate.
El informe de la "troika" (Comisión Europea, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional) sobre la economía griega, que será presentado oficialmente este viernes en la reunión del Eurogrupo, recomienda entregar a Atenas "tan pronto como sea posible" el sexto tramo de ayuda exterior, una vez que el Parlamento aprobara las nuevas medidas de austeridad.
Pero los expertos internacionales advierten de que la deuda pública griega tiene una "dinámica extremadamente preocupante", con 329.400 millones de euros en 2010, equivalentes al 144,9% del Producto Interior Bruto (PIB), mientras que la contracción económica es mayor de lo estimado.