Vaya por delante -que diría el Selu- que este artículo no tiene nada que ver con la locura, pues para hablar de eso, un poco más atrás de este mismo periódico, ya tenemos al Loco de la Salina, que tan cuerdamente bien lo hace mi querido amigo y compañero Paco Melero. Hoy permítaseme estar Saboreando lo que en este 24 de febrero celebramos como es el Día de la Psicología en España. Una fecha que nos invita a reflexionar sobre la importancia de la salud mental y el papel fundamental que juegan los psicólogos en el bienestar emocional de las personas. A menudo, hablar de acudir a un psicólogo genera una sensación de vergüenza o incomodidad, ya que en nuestra sociedad todavía persiste el estigma de asociar la psicoterapia con la locura. Sin embargo, es crucial entender que pedir ayuda psicológica no significa estar “loco”, sino más bien ser responsable de nuestra salud emocional y mental.
Es común confundir la psicología con la psiquiatría, pero ambas disciplinas tienen enfoques y funciones distintas. Mientras que la psiquiatría, como es sabido, es una rama de la medicina que se ocupa del diagnóstico, tratamiento y prevención de trastornos mentales a través de medicamentos y terapias, la psicología se centra en el comportamiento, los pensamientos y las emociones, ayudando a las personas a comprender sus problemas y encontrar estrategias para afrontarlos de manera saludable. Un psicólogo no receta medicamentos, sino que utiliza herramientas como la terapia sobre el conocimiento de la conducta, la terapia de apoyo o la terapia humanista, entre otras, para ayudar a las personas a cambiar patrones de pensamiento y comportamiento que están afectando su bienestar.
Acudir a un psicólogo no solo es útil cuando se está atravesando una crisis o un trastorno mental más o menos grave, sino también en situaciones cotidianas donde las emociones, el estrés o los problemas interpersonales afectan nuestro bienestar. Hablar con un profesional de la psicología nos ayuda a aclarar nuestras ideas, gestionar las emociones de manera adecuada, desarrollar habilidades para enfrentar desafíos y mejorar nuestra calidad de vida.
Un psicólogo es un compañero que escucha sin juicio, nos proporciona herramientas prácticas para lidiar con nuestras preocupaciones y nos ofrece una nueva perspectiva que podemos no haber considerado. Esta labor es crucial en un mundo donde las presiones sociales, laborales, familiares y sentimentales pueden generar altos niveles de estrés. Al igual que consultamos a un médico cuando tenemos un dolor físico, es igual de importante acudir a un psicólogo cuando nuestra salud emocional se ve afectada.
Es fundamental eliminar la creencia errónea de que solo las personas “locas” necesitan un psicólogo. Todos pasamos por momentos difíciles en los que hablar con un profesional puede ser la clave para seguir adelante. Ir al psicólogo es una muestra de autocuidado y valentía. Es un paso hacia la autocomprensión y el autoconocimiento, lo que nos permite tomar el control de nuestras vidas y vivir de manera más plena.
El Día de la Psicología nos recuerda que la salud mental es igual de importante que la salud física y/o fisiológica. Todos merecemos estar emocionalmente bien y, si necesitamos ayuda para lograrlo, no hay nada de malo en pedirla. Acudir a un psicólogo puede ser el primer paso hacia una vida más equilibrada, tranquila y satisfactoria para uno mismo y para quienes nos rodean.