La influencia que ejercen los hijos a la hora de elegir el destino de vacaciones de las familias es cada vez mayor, sobre todo en verano y Navidad, en los que deciden en la mitad de los casos, según un estudio elaborado por la Federación Española de Familias Numerosas.
La mayor influencia de los hijos supone un cambio de tendencia respecto a los últimos años, en los que eran los padres (o los abuelos) quienes tenían mayor poder de decisión. En el resto del año, más allá de verano o Navidad, sí suelen decidir los padres conjuntamente y, si es de forma individual, tiene más peso la madre, según el estudio, presentado este jueves en Málaga.
El destino ideal para las vacaciones en familia es Andalucía en cualquier época del año, seguida de Castilla y León en verano y otoño; Extremadura en primavera y Madrid en invierno.
El turismo favorito del público familiar sigue siendo el de sol y playa, aunque desciende ligeramente y crece el gusto por el turismo de naturaleza (15,8 %) y el cultural (13 %), que suben y se sitúan en segundo y tercer lugar.
Más viajes y más gasto en 2025
Las perspectivas para 2025 indican que las familias viajarán más y harán un mayor gasto en viajes, seguirán mirando la cuestión económica, un factor fundamental, pero valorarán también destinos no masificados y tranquilos y los alojamientos adaptados, con confort y atención, y trato personalizado, según el estudio, con un millar de encuestas.
Si para 2024 un 46 por ciento de las familias tenían intención de gastar más en viajes, para 2025 son más de la mitad, el 53 por ciento.
En la elección del alojamiento, las familias tienen también muy en cuenta las ofertas y descuentos en precio, que sigue siendo lo más valorado con 4,36 puntos en una escala de 1 a 5.
En la escala entran en escena factores relacionados con el bienestar, como el confort, seguido de habitaciones amplias y/o comunicadas y un entorno natural de calidad y conservado. Le siguen la tranquilidad y el trato personalizado y atención a las familias.
Sobre el tipo de alojamiento, el estudio demuestra que los hoteles de media-alta categoría siguen siendo el preferido (39 %), aunque disminuyen un poco respecto el año anterior.
Los apartamentos (25,5 %) presentan un ligero cambio y lo que más aumenta es el interés por los cámpines (15,63 %), que se sitúan a un nivel similar al de las casas rurales (15,6 %).
