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Jerez

El antiguo colegio Paidós pasa a manos municipales

El Ayuntamiento culmina el proceso de expropiación del inmueble, que estaba en manos del ‘banco malo’

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  • Exterior del antiguo colegio Paidós, abandonado desde 1997. -

El Ayuntamiento de Jerez ha culminado el proceso de expropiación del antiguo colegio Paidós, un edificio que se encontraba abandonado desde hace años y que era propiedad de la Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria (Sareb).

La delegada municipal de Urbanismo, Belén de la Cuadra, ha firmado esta misma semana el acta de ocupación y pago del inmueble, agradeciendo a los representantes del ‘banco malo’ la buena disposición mostrada para facilitar la tramitación del procedimiento administrativo.

De igual modo, De la Cuadra ha agradecido el trabajo realizado por los técnicos del Área de Gestión de la Delegación de Urbanismo, que ha permitido agilizar y culminar el expediente.

Según la delegada, con este expediente de expropiación, que se lleva a cabo de manera acordada, el Ayuntamiento cumple con sus obligaciones relativas a los equipamientos públicos, completando un procedimiento que se inició el pasado mes de mayo.

Una vez con el acta de ocupación, el Ayuntamiento podrá acceder al interior del edificio, comprobar en qué condiciones se encuentra y qué posibilidades de uso ofrece, para de este modo “poder trabajar en la definición de su futuro destino”.

El antiguo colegio Paidós está situado en la barriada de Nuestra Señora de Las Viñas, tiene una superficie de unos 1.000 metros cuadrados y presenta un deficiente estado de conservación.

La Junta de Gobierno local del Ayuntamiento de Jerez aprobó el pasado mes de mayo un gasto de 85.000 euros para la “adquisición convenida” de esta finca, abandonada desde 1997 y que se ha convertido en todo un quebradero de cabeza para los vecinos de La Vid.

Hay que recordar que el Ayuntamiento ya dictó una orden de derribo del inmueble en diciembre de 2021 que no fue atendida por la propiedad, Intrum Holding, un fondo buitre noruego.

Poco después, el Gobierno local advirtió de que dado que al tratarse el edificio de un equipamiento público no era posible incluirlo en el Registro Municipal de de Solares y Edificaciones Ruinosas y su posterior venta forzosa, sino que se hacía necesario optar por la expropiación, estimándose entonces que el justiprecio podía rondar los 250.000 euros.

Entonces, los planes del Ayuntamiento pasaban por acometer el derribo del viejo edificio, reconvirtiendo el solar resultante en una plaza pública.

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