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Dos supuestas hermanas se encuentran a los 51 años

Han solicitado iniciar las pruebas de ADN para conocer si realmente son hermanas y fueron víctimas de una red dedicada a la venta de bebés.

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 María Victoria M.F. y María José Carbonell, dos mujeres convencidas de haberse reencontrado con su melliza o gemela 51 años después de haber sido separadas al nacer, han solicitado iniciar las pruebas de ADN para conocer si realmente son hermanas y fueron víctimas de una red dedicada a la venta de bebés.

“Mi corazón me dice que es mi hermana y mi familia, pero la ciencia está ahí para demostrar si lo somos o no”, ha comentado María José, una valenciana que sospecha que, en un futuro muy próximo, deberá cambiar su apellido.

No en vano, es María Victoria la que nunca se ha separado de sus padres biológicos y conocía desde el principio que había tenido una hermana gemela que había muerto al nacer.

María Victoria nació el 18 de agosto de 1959 en lo que era la antigua Maternidad de León junto a una hermana “gemela o melliza” y que, según le dijeron a su madre, había fallecido a los pocos minutos de nacer sin que ni siquiera la pudieran enterrar porque no la volvieron a ver.

Las dos se encuentran todavía muy impresionadas tras haberse conocido el pasado fin de semana en León, porque cada vez que una mira a su supuesta hermana, parece que se ve en un espejo.

“El primer encuentro fue una emoción muy grande, pero luego, conforme iba pasando el tiempo, me impactaba verla porque yo me reflejaba en ella, y a ella le pasaba lo mismo”, relata María José.

La valenciana, cuyo lugar de nacimiento es el Hospital Provincial de Valencia, supo que tenía una hermana por unos amigos a los 18 años, aunque el tema siempre fue “tabú” en su casa. “Mis padres me dijeron que la única hija era yo, y punto y final”, explicó.

Sin embargo, María José siempre sintió que le faltaba “algo” en su “interior”, y justo cuando decidió “pasar página” y dejar de buscar a su hermana, su marido encontró una foto en Internet de una mujer “muy parecida a ella”.

María Victoria había concedido una entrevista al periódico El Mundo de León, donde exponía que su caso podía ser como el de aquellos que se están investigando de supuestos niños que les dieron por muertos al nacer, pero que en realidad habían sido entregados en adopción.

Después de intercambiar fotos de la infancia y la adolescencia y comprobar que guardaban un parecido “extraordinario”, las supuestas gemelas organizaron el encuentro en Santa María del Páramo, donde vive María Victoria.

Tras el encuentro, la valenciana se encuentra “muy tranquila, con mucha paz interna” y, finalmente, puede sentir que ya está “llena”, que no le “falta de nada”.

María José siente que la familia que ha conocido en León podría ser la suya -”hemos encontrado un feeling”- y afirma que su supuesta madre biológica es “encantadora”: “Si realmente soy su hija, pienso que empezaremos a aprovechar el tiempo perdido”.

Considera que tanto la familia de León como la de Valencia son “víctimas de estos sucesos” y prefiere dejar al margen a su padre, quien con 94 años y viudo “ya no tiene edad para esto”.

A la espera de conocer el resultado de las pruebas de ADN, que obtendrá en diez días a partir de su realización, a María José le dice “el corazón” que María Victoria es su hermana y que la familia de León es la suya.

“Pero la ciencia está ahí para demostrar si lo somos o no”, insiste; mientras tanto, la valenciana se queda con el nombre que quería ponerle la que podría ser su madre biológica, “Ada”, y que le lleva a pensar que “todo esto es un cuento de hadas”.

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