Decenas de miles de paquistaníes recordaron con actos y homenajes por todo el país a la fallecida líder del Partido Popular (PPP), que fue asesinada en un atentado en la ciudad de Rawalpindi, vecina a Islamabad, apenas dos meses después de su regreso del exilio.
Los actos más destacados tuvieron lugar en el mausoleo familiar de Naudero, en la sureña localidad de Garhi Khuda Bux, donde Bhutto está enterrada, y en el parque Liaquat de Rawalpindi, donde tuvo lugar el atentado que acabó con su vida.
La ex primera ministra iba asomada al techo de su vehículo al término de un mitin, cuando tuvo lugar la explosión, perpetrada por un suicida, lo que hizo que se golpeara la cabeza y falleciera, según las investigaciones de Scotland Yard. La prensa paquistaní publicó ayer decenas de anuncios del Gobierno, de partidos políticos, embajadas y empresas en recuerdo de la líder, a la que dedicaron extensos suplementos especiales.
El Gobierno declaró como festivo el día de ayer e incrementó las medidas de seguridad en varios puntos del país, en el cual se han llevado a cabo desde debates sobre su figura a minutos de silencio, pasando por marchas, donaciones de sangre o rezos colectivos.
El acto más significado tuvo lugar en el mausoleo de Naudero, hasta donde se desplazaron la familia Bhutto-Zardari, la cúpula del partido y miles de seguidores que cubrieron su tumba con pétalos de flores.
Zardari pronunció un discurso en la citada localidad, que se centró sin embargo en el tenso clima en el que se hallan inmersos la India y Paquistán tras los atentados de Bombay, que la primera achaca al grupo cachemir Lashkar-e-Toiba, con base en Paquistán. “Toda la región sufrirá en caso de guerra. No queremos hablar de guerras o venganza”, subrayó con un semblante serio Zardari, quien apostó por el “diálogo” con su vecino como el “camino a seguir”.
“Las democracias sólo pueden hablar con el lenguaje adecuado a otras democracias (el diálogo)”, agregó el viudo de Bhutto.
El PPP, ya en manos de su viudo Zardari, venció en las elecciones legislativas de febrero en parte por la ola de simpatía que despertó el asesinato de Bhutto, y luego forzó la dimisión como presidente de Pervez Musharraf.
Durante estos meses, el partido ha empleado el nombre de Bhutto para decenas de causas, edificios, leyes, fundaciones, calles e incluso el aeropuerto internacional de Islamabad, que ha sido rebautizado.
El Banco Central de Paquistán puso ayer en circulación 300.000 monedas de diez rupias (unos diez céntimos de euro) con la imagen de la fallecida líder y el lema “Mártir Benazir Bhutto, hija del Este”, el sobrenombre con el que era conocida.
Mientras, en el parque Liaquat de Rawalpindi, cientos de personas se acercaron a primera hora de la madrugada para recordar a la fallecida líder con velas y retratos, en un homenaje que continuó durante todo el día.
Las autoridades paquistaníes no han podido aún averiguar quién estuvo detrás del asesinato de Bhutto.
El anterior Gobierno del general Musharraf acusó a Baitulá Mehsud, líder de los talibanes paquistaníes, pero éste lo desmintió.
Y el Ejecutivo del PPP, que restó credibilidad a la acusación contra Mehsud, solicitó hace unos meses a la ONU la creación de una comisión de investigación, aún pendiente de aprobación.
Entretanto, Paquistán afronta un difícil momento con acuciantes crisis económica y de seguridad y una escalada en la tensión con la India tras los atentados de noviembre en Bombay.