Los restos de dos militares que fueron fusilados en San Fernando (Cádiz) en 1936 por oponerse al golpe de Estado han podido ser identificados gracias a las pruebas realizadas en el laboratorio privado Labgenetics, de Madrid, sufragadas por las familias, después de exhumarse sus cuerpos en una excavación en el cementerio de la localidad gaditana.
Según han confirmado fuentes de la Asociación de Memoria Democrática de San Fernando (Amede), que ha auspiciado estas investigaciones, los militares identificados son Manuel de Sancha Morales, comandante jefe de Infantería Marina en el momento del levantamiento, y un capitán de corbeta, cuyo nombre ha pedido no ser difundido por su familia, que fueron fusilados el 28 de agosto de 1936 tras ser detenidos, acusados de haberse opuesto al golpe de Estado.
Manuel de Sancha, que era músico y estaba muy involucrado en la vida social de San Fernando, se negó a sacar las tropas a la calle cuando los golpistas se lo ordenaron, hasta recibir esa orden por escrito, de ahí que fuera arrestado junto con otros militares que actuaron de similar forma.
Amede calcula que 106 militares fueron ejecutados en este municipio gaditano, 46 de ellos de forma extrajudicial, como les ocurrió a De Sancha, y al capitán de corbeta, ahora identificados.
Sus cuerpos fueron arrojados a una fosa del cementerio de San Fernando, que, tras muchas investigaciones, comenzó a ser excavado en 2015 gracias al trabajo en común de la asociación y del Ayuntamiento de San Fernando, con ayudas del Gobierno central y la Diputación de Cádiz, que permitió encontrar restos de 147 personas.
Las labores de identificación permitieron encontrar los restos del exalcalde, Cayetano Roldán, y parte de la corporación municipal que fueron asesinados pocos días depués del 18 de julio de 1936, a pesar de los resultados negativos que fueron dando las pruebas enviadas al laboratorio de la Universidad de Granada, que es el que paga la Junta de Andalucía.
Fue en ese momento cuando Amede planteó otro método: afinar la identificación con informes presuntivos, basados en testimonios orales, estimaciones de edad y objetos personales, y enviar los restos a un laboratorio de Madrid, donde, en vez de estudiar el fémur como en Granada, se analizan piezas dentales, que se comparan con ADN de algún familiar directo: hijos o nietos, en caso de sobrevivir.
Y este método es el que ha permitido identificar a Manuel de Sancha y al capitán de corbeta, confirmación que recibieron las familias en la tarde y noche del 9 de julio, lo que les permitirá obtener el permiso para recibir los restos óseos y enterrarlos.
La familia de Manuel de Sancha ya ha expresado su deseo de que sea enterrado, junto a sus hijos, en el panteón que tienen en el cementerio de San Fernando, situado a escasos metros de la fosa donde sus huesos han estado durante estos 88 años.
Tanto la familia como Amede han reclamado al Ministerio de Defensa la presencia en esta despedida de alguna autoridad civil o militar, para que sea considerado un funeral con honores en memoria de "un militar que dio su vida para defender el gobierno legítimo de la República", al tiempo que piden la presencia de la banda de Infantería de Marina para que interprete alguna de las piezas que Manuel de Sancha compuso durante su vida.