Una joven muerta en los acantilados de Sancti Petri… Un matrimonio herido por la desconfianza… Y el hallazgo de una pieza arqueológica de extraordinario valor que despierta la avaricia de todos. Esos son los ingredientes del segundo trabajo de la escritora chiclanera Blanca Cabañas, que lleva por título El hambre del pelícano.
El próximo jueves, 20 de junio, firmará ejemplares del mismo en la Feria del Libro de San Fernando. Será a partir de las 20.00 horas en el puesto principal. Posteriormente, el 11 de julio a las 12.30 horas será la presentación oficial en el Centro de Interpretación del Vino de la Sal de su tierra natal.
Un libro que espera que tenga el mismo éxito o más que el primero, titulado Perro que no ladra y que fue una auto-publicación que vio la luz durante el confinamiento. Su aceptación fue tal que le ha valido para fichar por una firma editorial de mucho calado como es Suma de Letras.
La escritora afirma sentirse “superilusionada” con El hambre del pelícano, y da un pequeño avance sobre la misma. “Está ambientada en Chiclana y poniendo el foco sobre todo en Sancti Petri, tanto en el poblado, como en el castillo y en la zona de los acantilados que van desde Torrebermeja al espigón. Arranca de una manera muy potente, ya que a los pies de estos acantilados aparece un cuerpo sin vida…, con el objetivo de enganchar al lector desde el principio. Cuenta la historia de un matrimonio que se muda de Cádiz a Chiclana, que está en crisis y herido por la desconfianza. Entonces la mujer, como no las tiene todas consigo, lo que hace es contratar a una detective privada para que se convierta en la sombra de su marido, y es precisamente la detective la que aparece muerta…”.
Sobre el proceso de elaboración de la novela, recuerda que el primer borrador los terminó de escribir en el verano del año 2022 y ha salido publicada casi dos años más tarde, ya que “no he querido dejar un solo cabo suelto y me he documentado mucho para que fuese lo más perfecta posible. Está ambientada en Chiclana pero no como un decorado de fondo, sino que Chiclana fuese un parte más de la trama. Y es que uno de los personajes principales de la historia es una estatuilla de Melkart de las que se encontraron a mediados de los 80 del siglo pasado. Lo que hago es proponer un juego: si usted encontrara una reliquia de incalculable valor, ¿se lo entregaría a su legítimo dueño que es el Estado? ¿Se lo quedarías para obtener un beneficio?”.