El Martes Santo se quedó huérfano de Hermandades porlas calles de Isla, ya que la inestabilidad de los cielos, hicieron que las tres hermandades tomaran la misma decisión: no salir.
La Hermandad de Jesus en su Soberano Poder en su Prendimiento debería haber sido la primera en abrir las puertas, pero debido a las previsiones de lluvia pidió en primer lugar una prórroga para tomar una decisión pero, tras esta espera, el vicehermano mayor comunicaba la noticia a todos los hermanos de la cofradía que esperaban ilusionados su salida procesional. Tras la suspensión, los hermanos pasaron ante sus titulares y las bandas que acompañaban los pasos, Lágrimas de Dolores y la Banda de la Hermandad del Nazareno, interpretaron en la rampa de la iglesia algunas marchas. Momentos después se abrían las puertas del templo para que pudieran ver los pasos de la hermandad el numerosos público que esperaba.
La Hermandad del Huerto tomaría decisiones casi idénticas, ya que también pidió tiempo de espera para tomar una decisión definitiva sobre la salida procesional. Transcurrido éste, el hermano Mayor comunicaba la suspensión de la Estación de Penitencia.
Y desde la iglesia Vaticana y Castrense de San Francisco, la Hermandad de la Caridad, al igual que las otras dos corporaciones del Martes Santo, pedía media hora de plazo para poder tomar una decisión. Transcurrido el mismo, el resultado fue el mismo que las otras dos hermandades: la suspensión de su salida procesional. El hermano mayor lo comunicaba a sus hermanos. El paso de la Virgen de la Caridad fue llevado a hombros de sus cargadores hasta el altar mayor de la iglesia y, tras rezo de los hermanos, se abrían las puertas del templo para poder ver a la Señora de la Caridad.
En declaraciones de hermanos de Huerto y Caridad, estas corporaciones llevaban 80 años, sin suspender sus salidas procesionales, aunque en alguna ocasión si han recortado itinerarios.