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Chipiona

Un pregón hecho a medida de Chipiona con la esperanza como piedra angular

El jerezano Miguel Ángel Moreno citó en su mensaje a la pastelería ‘El Chato’, Mercado Rivera, Hotel Chipiona, la Cooperativa Católico-Agrícola y el faro

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  • Pregón de Miguel Ángel Moreno en la Parroquia de Ntra. Sra. de la O -

Con su disfraz de Carnaval ya almacenado en el armario, el chipionero busca la percha, casi a tientas, de una ropa que ha esperado con paciencia el ciclo de todo un año para volver a lucir por las calles de la localidad. El chipionero es una persona poliédrica. Hospitalario como el que más. Muchos pudieron quedar extrañados cuando vieron a un rostro desconocido asomar por encima del atril en la Parroquia de Nuestra Señora de la O, dispuesto a cortar la cinta de inauguración de la Semana Santa a través de la palabra, pero cualquier gesto perplejo quedó apagado por la sonoridad de la ovación de un público totalmente rendido ante el mensaje de Miguel Ángel Moreno, conocido ampliamente entre el mundo cofrade por su labor al frente del espacio radiofónico ‘Cofrademanía’. Un jerezano de nacimiento que, a partir de ahora, tendrá reservado un lugar privilegiado en su memoria para el pueblo de Chipiona. “Aunque no sea chipionero, me he sentido como si lo fuera”, explicó el pregonero a modo de cierre de un pregón con un alto componente emotivo que hizo saltar la chispa entre todos los presentes. La chispa de la fe, del amor y de la esperanza, pero, sobre todo, de la ilusión ante el inminente comienzo de una semana que se divisa cada vez como más cercana. “La semana que nunca podrá sustituir la Inteligencia artificial”, aseguró Moreno.

La ‘cofrademanía’ quedó desatada en aquel momento en Chipiona. En cada plaza, cada calle y cada esquina. En la pastelería ‘El Chato’, Mercado Rivera, Hotel Chipiona, la Cooperativa Católico-Agrícola y, por supuesto, el faro. “La luz que en la noche ilumina el camino de la penitencia”, recitó. Distintos escenarios mencionados en un pregón lanzado directamente desde el corazón de un jerezano, pero hecho a la justa medida del pueblo chipionero, como esa túnica en la que trabaja con tanto esmero esa abuela para ponerla a punto de cara a la semana más importante en el calendario cofrade. Moreno, sin embargo, no estaba ni mucho menos ante la primera vez que pisaba el suelo de Chipiona. Todos los años se entremezcla entre los fieles procedentes de distintos lugares para acompañar a la Virgen de Regla en su salida procesional. También en noviembre vuelve para acudir a una cita para él ineludible como es la procesión del Santísimo Cristo de las Misericordias “que tanto me llena y atrapa”, aunque es sin duda su conexión con la Hermandad de Nuestro Padre Jesús Cautivo la que, desde la cuaresma de 2005, le mantiene unido a una tierra que ya siente como propia pese a su origen distante del pueblo de Chipiona.

Es bien sabido que la elección de un vecino como pregonero de una fiesta siempre despierta mayor ilusión. Una especie de orgullo local. Pero la religión no entiende de pueblos, razas o culturas: su mensaje es universal. Tanto es así que no solo la Hermandad del Cautivo, la que apostó por él, se sintió plenamente representada con el mensaje de su pregón. También la del Santísimo Cristo de las Misericordias y la Agrupación de ‘La Borriquita’: la condena a la guerra, el valor de la esperanza o la defensa de la fe, fueron ideas que se deslizaron directamente desde su boca hasta el alma de los presentes con fluidez, aderezadas por el acompañamiento musical de una banda, una saeta, y de un grupo de canto, así como con melodías tan armoniosas como las del piano, los palillos o la guitarra de Juan Gómez. “El Domingo de Ramos es el día más esperado. La primera de las esperanzas”. Con la misma fluidez de la mantequilla sobre el cuchillo, o de esa cera derretida que recorre la longitud del cirio hasta morir en el adoquín de cualquier calle, dejando una pequeña huella. Un símbolo para decir que Chipiona es tierra carnavalera, sí, pero también cofrade.

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