La obra ha sido publicada por primera vez en español con el título Memorias de un recluta de 1808 y traducción de Cristina Linares del Castillo, y, según el Centro de Estudios Andaluces, constituye “una crónica descarnada de la Guerra de 1808-1814, de la batalla de Bailén, del hacinamiento de los prisioneros franceses en el muelle de Cádiz y de su estancia en la isla de Cabrera”.
Gille fue cabo del ejército napoleónico, recorrió la península ibérica en 1808, fue hecho prisionero en la batalla de Bailén, sufrió el hacinamiento durante semanas en el puerto de Cádiz y fue enviado a Cabrera, la isla de la muerte, en marzo de 1809, de donde no salió hasta 1811.
Recopiladas por su hijo Philippe, afamado libretista de comedias y óperas, la primera edición de estas memorias fue publicada en Francia en la tardía fecha de 1892.
Según el experto en la época napoleónica y profesor de Historia Contemporánea de la Universidad de Sevilla Manuel Moreno Alonso, poco es lo que se conoce del cabo Luis François Gille, tan sólo se sabe con certeza que nació en 1788, ejerció de magistrado en París, labor por la que fue condecorado por Napoleón III, y murió en 1863.
Fue reclutado para el ejército contra su voluntad y, al llegar a España se impuso “el deber de escribir todo lo que veía, por duro que fuera”, tomando notas que después sirvieron a su hijo para reconstruir sus vivencias como soldado y prisionero.
De este modo, el furriel del realiza una crónica detallada de su participación en la guerra, así como de los seis años que pasó como prisionero, primero en Cádiz, después en Cabrera y, finalmente, en la localidad británica de Pochester.