A primera vista, un chaval sencillo y que para nada hace presagiar cuánto encierra dentro de su cuerpo a sus 22 años. Una vez que se le conoce, uno se da cuenta de que está ante otro de esos talentos o genios que, a buen seguro, tendrá que emigrar para poner al servicio de la humanidad todos sus conocimientos.
Se trata del isleño Antonio Caballero Foncubierta, un químico en ciernes que actualmente se encuentra en la recta final de sus estudios en la Universidad de Cádiz realizando un máster de Química Orgánica y su intención es hacer el doctorado, para lo que espera ser becado.
Acompañado por su tutor, Juan Carlos García Galindo, ha estado recientemente en esta casa para hablar sobre su Trabajo de Fin de Grado con el que ha sido premiado por la Asociación de Químicos de Andalucía. Una investigación en la que lleva trabajando los últimos cuatro años y que versa sobre el Estudio Proteómico del Veneno del Caracol Indo-Pacífico.
Se trata de un trabajo pionero que se enfoca en el análisis de la sustancia tóxica producida por este gasterópodo con el objetivo de avanzar en el tratamiento del cáncer. “Se trata de unos caracoles marinos que mis tutores trajeron de la zona del Pacífico e Índico y que tienen la peculiaridad de que son venenosos. Hemos estudiado primero su composición química para luego buscarle aplicaciones médicas y farmacéuticas de cualquier índole como el tratamiento del cáncer”, indica Antonio Caballero.
Su tutor, reconoce que el salto en el estudio “ha sido bastante cualitativo” desde la llegada de este joven brillante al grupo de investigadores de la UCA, añadiendo que “se nos han abierto muchas posibilidades con varios proyectos que ya cuentan con financiación”. Un Juan Carlos García que afirma, con orgullo, que “a estas alturas el alumno ya ha superado al profesor”.
De todas formas, y como se suele decir, todo está ahora mismo casi en pañales. Así lo reconoce el químico isleño. “Hay ya un fármaco aprobado de un veneno de un caracol de este tipo que se está usando como analgésico y es muy potente. De todas formas, estamos ante un proceso que no es fácil. Lo que hasta ahora hemos realizado es una investigación básica y ahora toca proseguir y, para ello, hace falta mucho tiempo y, sobre todo, mucho dinero. No solo estamos hablando de una aplicación para el cáncer, sino también orientado a otros campos como las enfermedades neurológicas como puedan ser el Párkinson o el Alzheimer”.
Caballero ha podido compartir recientemente en París su estudio, puesto que en Europa hay varias investigaciones en curso sobre las propiedades de dichos caracoles. “En ciencia es muy importante compartir resultados, es clave el trabajo en equipo”, apunta.
Sobre su futuro, su tutor lo tiene bastante claro. “La trayectoria lógica de cualquier científico es que salga fuera, que aprenda técnicas distintas y que capte nuevas ideas. Ya luego el futuro pone a cada uno en su sitio y quien sabe si Antonio termina dando clases en la Universidad de Cádiz. Un científico está en continua formación y ya le digo que la UCA sería muy positivo que a años vista alguien como él, retornase”.
Antonio Caballero va en la misma línea que Juan Carlos García en este sentido. “Quedarte encerrado en un sitio dentro de esta profesión no es bueno, ya que no te permite expandir tus conocimientos”.
“Hay mucho talento que se pierde por la financiación”
Juan Carlos García Galindo espera que todo el esfuerzo que Antonio Caballero lleva acumulado a sus espaldas en estos años de estudios no caiga en saco roto y lanza un mensaje directo a las administraciones competentes. “El apoyo en la ciencia en España es muy bajo para el nivel de producción científica que existe en este país. Tenemos que estar muy orgullosos porque estamos en el primer escalón con la quinta parte de lo que invierten en otros países, hacemos mucho con muy poco. Hay mucho talento en este país que se pierde por falta de financiación y esperemos que este caso no se dé con Antonio. Hace falta una inversión muy fuerte en capital humano. Sin dinero no vamos a ningún lado por muchas mentes brillantes que tengamos”.
El propio Antonio Caballero hacía referencia a un dato que conocía recientemente. “La media de financiación en investigación de la Unión Europea supone el 2,3 por ciento del Producto Interior Bruto, pero en España cae hasta el 1,4 por ciento, casi un punto menos. Aquí se hacen muchas cosas buenas y creo que es necesario que haya más inversión para, al menos, alcanzar esa media europea e incluso superarla”.
Inteligencia Artificial
Una ciencia como la Química no es esquiva lo que se viene por delante con un mundo como el de la Inteligencia Artificial, pero Juan Carlos García tiene claro que, al menos en el terreno que ellos pisan, el factor humano va por delante y, a modo de broma, indica que “la Inteligencia Artificial no va a ir a buscar los caracoles al Pacífico”.
Por su parte, Antonio Caballero reconoce que “recae sobre cada uno el uso que se quiera dar, pero yo pienso que si se le da un buen uso es una herramiento muy buena. Algo similar ya sucedió con internet”.
Por lo tanto, toca esperar para ver que le depara el futuro a este brillante estudiante de La Isla, que reconoce que lo que llevó a decantarse por la Química fueron dos cosas; un profesor que le dio clases en el instituto y, sobre todo, su hermano que tienen siete años más que él y es químico, dando clases actualmente en un instituto en Cádiz.