Carlos Lorente nunca se hubiese imaginado que hace cinco años, cuando hizo las prácticas en el Galeón Andalucía de la Fundación Nao Victoria, hoy día y a sus 26 años estaría capitaneando uno de los barcos de dicha entidad, que tiene su sede en Sevilla. Viajero empedernido, ha convertido la navegación en su medio de vida y, sobre todo, de disfrute.
Estudió en el CIFP Marítimo Zaporito y actualmente pone sus conocimientos al servicio de dicha entidad, que cuenta con cuatro réplicas de buques reales que navegaron bajo pabellón español como son la Nao Victoria o la Nao Trinidad, que formaron parte de la expedición Magallanes-Elcano que dio la primera vuelta al mundo en 1519; o el Galeón Andalucía, que simula los barcos españoles que iban desde Chiclana a México por el Pacífico transportando carga durante los siglos XVII y XVIII.
Hay un cuarto barco bautizado como Pascual Flores, un pailebote que navegaba desde las costas españolas por el mediterráneo transportando sal. La fundación, que tiene más de dos décadas de existencia, también cuenta con una exposición permanente en la capital hispalense.
Básicamente se trata de cuatro museos flotantes que están repartidos por distintos puntos del mundo y a través de los cuales los que los visitan pueden conocer de primera mano la historia marítima española. “Hemos realizado viajes por todo el mundo. Europa, Estados Unidos, Canadá, México, China, Indonesia, Grecia…”, afirma Carlos Lorente.
Nueve meses fuera
En el recién finalizado año 2023 fue cuando hizo su primera maniobra de atraque como primer oficial y fue a los mandos del Galeón Andalucía en Cádiz. Ha sido un año intenso para el isleño, que además realizó un primer viaje como capitán que le llevó desde Algeciras por toda la costa española, luego a Francia para finalizar en Inglaterra. Y la segunda etapa le ha llevado a cruzar el charco para navegar por toda la costa este de Estados Unidos. “Es una experiencia brutal por los barcos con los que navegamos y las zonas por la que lo hacemos. Es irrepetible y cada día que pasas a bordo se te graba a fuego en la cabeza”, asevera.
Precisamente el estar tanto tiempo separado de familia, amigos y su tierra es lo que más le cuesta a este joven lobo de mar isleño, quien reconoce que “lo peor creo que son el primer mes cuando sales y el último cuando sabes que vienes de regreso”.
Lorente afirma que “todos los mares son seguros, pero a la vez peligrosos y hay que tenerles mucho respeto. Mucha gente piensa que, por ejemplo, el Mediterráneo es una balsa, y es uno de los más peligrosos que hay. O, por ejemplo, he estado en el Lago Ontario en Canadá y en mi vida ha visto olas de semejante tamaño. Todo depende los vientos y las condiciones meteorológicas”.
Cabe destacar que, como curiosidad, la Fundación Nao Victoria cuenta también con un programa de voluntariado que permite que cualquiera que lo desee, pueda embarcarse en dicha aventura. “No se necesita experiencia alguna, ni siquiera haber pisado un barco en la vida”, indica Lorente, quien añade que “solo tienen que entrar en la web de la Fundación y apuntarse. El 95 por ciento se lleva una experiencia inolvidable. Además se trata de embarcaciones que están perfectamente equipadas y con las que incluso se puede dar la vuelta al mundo”.
Pese a que está encantado con su trabajo y todo lo que le está aportando, reconoce que como en Andalucía y, más concretamente la provincia de Cádiz, es difícil encontrar algo en el mundo. “En todos los puertos y ciudades en las que he estado no he encontrado ningún sitio que te ofrezca lo que te da esta zona, ya sea a nivel meteorológico, como gastronómico y, por supuesto, calidad de vida”.
En cuanto a su futuro, Carlos Lorente asegura que “ahora mismo y a mi edad lo que más me tira es viajar, pero tampoco puedes dejar de lado a todo lo que tienes aquí. De momento estoy supercontento formando parte de esta aventura que es la Fundación Nao Victoria, luego ya se verá”.
CIFP Marítimo Zaporito
Como se ha reseñado al principio del artículo, se formó en el CIFP Zaporito y destaca las enormes posibilidades, no solo de formación, sino de salida laboral que actualmente ofrecen las instalaciones educativas localizadas en San Fernando. “Es uno de los mejores centros de España a nivel de formación profesional y es el futuro. El transporte marítimo vemos que año a año va creciendo, además de que el sector acuícola también está claramente en alza. Guardo unos recuerdos excepcionales de mi paso por allí, además de que cuenta con unos magníficos profesionales. Es un centro en el que se aprende muchísimo y, además, ofrece unas oportunidades laborales que son increíbles”.
Por último, no olvida su faceta deportiva ya que siempre ha estado ligado al balonmano y a esa familia que forma el CBm San Fernando que preside Pedro Montiel. De hecho, afirma que lo primero que hizo nada más llegar a casa en estas vacaciones navideñas fue dejar las maletas y, pese a haber estado dos días sin dormir debido al largo viaje, se fue al Pabellón de Bahía Sur para verlos entrenar y compartir vivencias con los que han sido sus compañeros.
