"Les he escuchado, estoy reflexionando y tomaré iniciativas en el momento oportuno para responderles", aseveró en una rueda de prensa al término de la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea que concluyó hoy en Bruselas.
Para el presidente francés, esta reforma prueba que el sistema de seguridad social, "fundamentado en la solidaridad entre generaciones, funciona".
"Mi misión como jefe del Estado es escuchar a todas las partes", indicó.
La Asamblea Nacional francesa dio ayer luz verde a la ley que elevará dos años la edad de jubilación -de los 60 a los 62 la edad mínima legal, y de los 65 a los 67 para recibir la pensión íntegra-, con la que el Gobierno espera cuadrar las cuentas del sistema de pensiones en el horizonte de 2018.
Sarkozy destacó que su intención es promulgar la ley de reforma una vez se pronuncie el Consejo Constitucional sobre el recurso que la oposición socialista presentará el próximo martes.
Entre tanto, la participación de manifestantes contra la política de pensiones de Sarkozy se ha ido debilitando.
El ministerio del Interior contabilizó ayer la participación "más débil" desde el inicio de las jornadas de movilización", en junio pasado, al registrar 560.000 manifestantes en 263 concentraciones por todo el país, frente a las 1.100.000 personas registradas en la protesta precedente, el pasado 19 de octubre.
Los sindicatos, por su parte, reconocieron también que la respuesta de los trabajadores en la calle no rondó los 3,5 millones de la semana pasada sino que se situó en "cerca de dos millones"