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“¿Yo en una comparsa? Si me voy de tono en una parodia del Gago”

El chirigotero isleño Juanma Bocuñano vivirá en 2024 un Carnaval distinto, viéndolo desde bambalinas como autor de la chirigota isleña 'El festival de la OTIS'

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  • Juanma Bocuñano. -

El chirigotero isleño Juan Manuel Bocuñano ha decidido, por ahora y sine die, dejar las tablas y dedicarse a escribir en exclusiva. Chirigotero de los buenos y más que reconocido por su faceta de showman cada vez que ha pisado un escenario, en el 2024 se presentará en el Concurso del Falla  en la  autoría de la chirigota isleña El festival de la OTIS -la pasada edición fueron La boquita prestá-. Un grupo de amigos de toda la vida y que está formada por integrantes de la agrupación de todo un clásico del Carnaval isleño como es David Hernández El lejía.

Va a vivir un Carnaval distinto el próximo año...
—Sí, el que se aproxima será más relajado ya que no hago el doblete de Cádiz y San Fernando. Al menos tengo la cabecita sólo para dejar las pamplinas mías en una sola chirigota. Es verdad que estaré más desahogado, más tranquilo y con menos presión.        

De todas formas no te ibas a ir sin dejar recados (modo irónico) uno por uno a tus ex compañeros de la conocida como la chirigota del Barrio en Cádiz.
—Y lo que queda porque me he enterado que un par de ellos al final van a salir. Somos una familia y el que me conozca un poco sabe que todo lo que pongo en redes sociales sobre ellos es de broma . En este último Carnaval ya decidimos que íbamos a descansar, pero al final decidimos seguir y he de decir que nosotros no somos una agrupación de mucho ensayar, a lo que hay que sumar que como todo el mundo recordará hubo dos carnavales prácticamente seguidos con el de  mayo y junio y luego empezar de nuevo en septiembre. Pero el veneno sigue ahí y muchos de ellos al final se están colocando. A mi me ha venido de categoría y el autobús ya solo lo cojo cuando tengo que ir a sacarme sangre a residencia.    

Y cómo va a ser esta parón, un hasta pronto o largo.
Ufff, pues si le digo la verdad creo que me va costar mucho volver a salir si hablamos de participar en el concurso, a lo mejor para la calle no lo descarto. De todas formas no me quiero pegar un Bustelo porque al final lo mismo vuelvo para el siguiente Carnaval.  Y es que la verdad que hasta no hace mucho ha habido un amago de volver a salir con una chirigota, pero no puede decir nombres por respeto al Kike y a Javi El Ojo..., pero al final quedó en tierra de nadie. Pero volviendo un poco al principio le puedo asegurar que no le echo mucho de menos, ni los ensayos ni nada de eso.          

¿Qué le han dado estos 20 años de Carnaval? A nadie escapa que  en este tiempo se ha hecho con un nombre en Cádiz y ya todo el mundo le esperaba por sus pamplinas cuando se abrían cortinas.
—Sí, porque por mi voz seguro que no. Aunque suene a tópico y el que me conozca sabe que no estoy mintiendo, me quedo con las amistades. Me pasaba igual que cuando jugaba al fútbol, que me gustaba mucho más el vestuario que casi jugar. De hecho hace poco he estado hablando con amigos de Cartaya de cuando estuve jugando allí. Sigo manteniendo el trato con ellos y han venido a verme cuando he cantado en Carnaval. Me quedo con eso, con las vivencias y con gente a la que he conocido gracias al Carnaval. Y en cuanto al concurso también están bonito los reconocimientos y que por la calle te valoren por tu trabajo, eso nos gusta a todos.          

Y en el otro lado de la balanza, ¿lo peor?
—Yo creo que quizás lo peor del Carnaval es ver como unos amigos por un premio se pelean o se envenenan. Yo creo que la competición está muy bien pero siempre que sea dentro del concurso, pero después cuando ves que se extrapola y se lleva más allá..., eso es lo peor del Carnaval, ver como compañeros se tiran por tierra a lo mejor por una tontería y no debería de llegar a más allá del mes de febrero. Luego es verdad que cuando viajas y eso cansa mucho, pero te lo pasas bien y ya si te toca en los asientos de atrás qué le voy a contar...     

¿Le ha quedado la espinita clavada de no haber sido pregonero del Carnaval de Cádiz tras la marcha de Kichi de la Alcaldía?
—Jajaja, la última vez que lo vi por Cádiz me dijo que lo tenía pendiente y con Lola Cazalilla, la que era concejal de Fiestas me pasó lo mismo. Además cuando nombraron al  Sheriff y dijeron primero Juanma me dio un vuelco el corazón y dije al palo. Bueno espero que más adelante.  

Y este año repite con el grupo de El Lejía y presenta El festival de la OTIS, ¿qué se puede adelantar sobre la chirigota?
—No tiene nada que ver con la chirigota del último concurso y la idea con la que vamos a acudir al Falla ha sido una ocurrencia de mi amigo el Bizcocho. Creo que es algo fresco y no faltará su punto de locura, yo no sé hacer otra cosa.       

Sería bonito que en el concurso de 2024 hubiese alguna agrupación de San Fernando más allá del coro que pasase la fase de premilinares de nuevo no, como le paso con Los periodistas se la dan de artista.
—La verdad es que aquella edición nos colamos en cuartos y nos situamos ahí, pero llegó el parón del confinamiento y a la vuelta regrese con otro grupo. Ahora se habla mucho de lo fuerte que están pegando, y hablo de chirigotas, los compañeros de Chiclana o Puerto Real, pero eso no viene de dos años para acá. Son amigos míos y se han llevado más tiempo que yo hasta que no han dado con la tecla. Aquí en San Fernando hay autores y componentes que sí se lo merecen, y ojalá llegue pronto ese momento.       

Precisamente por eso han sido muchos los isleños que han emigrado a Cádiz buscando, se puede decir, un poco de éxito carnavalero.  
—Bueno hay muchos que se van a Cádiz porque tienen amistades y les apetece, pero también hay otros que sí se van buscando ese salto de calidad y vivir esa experiencia de estar en la pomada.  Y todo ello sabiendo que dejan atrás las comodidades que podrían tener ensayando en su casa.    

Por eso es de alabar que haya gente como la que sale con El Lejía o Pablo de la Rosa, que se han mantenido fieles a San Fernando pese a los palos que le han ido dando concurso tras concurso.
—Yo siempre les gasto bromas con eso y les digo que se han acostumbrado al éxito y no se mueven de aquí. Desde la amistad que tengo con ellos siempre les he dicho que a lo mejor un año iban bien y al siguiente hacían todo lo contrario.

¿Si se tuviera que quedar con alguna de las chirigotas en las que ha salido?
—La verdad es que no sabría lo que decirle, a lo mejor le diría incluso alguna de mis inicios aquí en San Fernando porque era más joven, más ingenuo y no conoces lo que hay detrás del Carnaval. Después es cierto que puedo decir que he cerrado el círculo saliendo con mis amigos, luego con mis primos y mi hermano, con el Cascana y la chirigota del Barrio.

¿Echa mucho de menos al Leti?
—No hay día que no me acuerde y es raro que alguna vez no salga en alguna conversación. Pasábamos muchas horas los dos juntos y ya en esta fecha no le quiero ni contar. Además antes de cantar siempre he tenido un ritual e iba a verlo para cantarle mis pamplinas, que por cierto en este último Carnaval no he ido y ha sido el que peor he quedado. Voy a ir ya por egoísmo, no por recordarlo. Lo echo mucho en falta.

¿Qué nivel de salud cree que tiene el Carnaval de La Isla?
—Yo los primeros recuerdos que tengo de Carnaval son de chico en el tablao que ponía la Peña Colorín Colorao en la calle San Rafael, ir de peña en peña. Es verdad que la Plaza del Rey está muy bien, pero echo de menos la magia y la esencia que tenía esa plazoleta de Las Vacas. Lo que me pasa es que como ahora se hace todo ahí muchas veces me imagino que de repente aparece un monstruo de Halloween y justo después viene el Cristo de las Penas.  

¿Qué autor le ha marcado más en Carnaval?
—De pequeño y cuando hablamos de chirigota me quedo con la innovación que supuso El Selu, Erasmo y El Yuyu y Los Samolotropos Verdes, y luego un poco más tarde me enganché con El sheriff. Y en comparsa, y creo que como toda mi generación, yo era de Martínez Ares. Luego siendo un adolescente y con ese rollo rebelde que siempre me ha gustado ha dependido del año. La faceta chirigotera de Juan Carlos me encantaba, sobre todo con Los tintos de verano.   

¿Nunca ha tenido el gusanillo de salir en comparsa?
—Yoooo, que va. Si yo me voy de tono hasta con la parodia del Gago. Soñar sí que lo he soñado, uno cuando veía la comparsa de Martínez Ares en sus inicios siempre se ha imaginado ir en el centro como si fuera el Subiela. Pero vamos no lo descarto...
      

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