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Un centro de convenciones bajo la Preferencia, la guinda al pastel del nuevo estadio

Se ha reservado un espacio de 6.500 metros en dicha zona para que San Fernando cuente con un nuevo equipamiento más

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  • Iría debajo de la Preferencia. -

Los bajos de la Preferencia del futuro Estadio Iberoamericano tienen reservado un espacio de 6.500 metros cuadrados que albergará en el futuro un centro de convenciones, es decir, un nuevo servicio que ganará y ofertará la ciudad a un minuto de la Estación de San Fernando Centro, en pleno centro comercial y, además, con acceso directo al propio estadio.

Esa ha sido una de las aportaciones que el Gobierno local ha sumado al proyecto diseñado por el Estudio de Arquitectura de Manuel Díaz Periñán para el nuevo estadio y que a principios de este mes de octubre ha sdo entregado al Ayuntamiento.

En estos momentos el citado proyecto se encuentra en fase de revisión por parte de los técnicos municipales a la espera de que reciba todos los parabienes y la obra de ejecución pueda salir a licitación.

El portavoz del Gobierno local, Fernando López Gil, ha dado a conocer recientemente en la Tertulia Deportiva del San Fernando CD de esta casa muchos de los pormenores y entresijos que encierra el que será uno de los proyectos estrella del Gobierno municipal para el actual mandato corporativo.

López Gil ha destacado que el mismo “ha superado las expectativas que teníamos originalmente” y, llegados a este punto, cabe resaltar que los seis millones de euros de presupuesto que en principio se había estimado que costaría la construcción del futuro estadio se van a quedar cortos y habrá que buscar alguno más.
“Estamos a la espera de que se realicen dichas correcciones y la cantidad exacta no está cerrada pero, por lo que hemos visto en planos, va a merecer la pena”, apunta el portavoz municipal, quien añade que “se ha analizado la posibilidad de quitar algunas partidas para intentar abaratarlo, pero finalmente se ha visto que no compensaba por la calidad de lo que se ha proyectado”.

Otra de las aportaciones que se ha realizado desde el punto de vista municipal al proyecto del estadio ha sido el incremento del aforo a pie de pista de 9.500 espectadores para que se puedan celebrar otro tipo de eventos, más allá del fútbol. Además, la conexión con la parte comercial por la zona del Fondo Sur con un nuevo espacio de desarrollo que servirá, por un lado, para obtener financiación para el propio estadio y, por el otro, para la generación de futuros puestos de trabajo.   

Los plazos

Ahora bien, tocaba la pregunta del millón y era saber qué plazos maneja el equipo de gobierno para que una demanda histórica como es el nuevo estadio de fútbol sea una realidad. Pues bien, López Gil lo dejó claro y es que todo va a depender de la primera parte de la obra, que no es otra que el movimiento del terreno de juego desde donde está actualmente para acercarlo hacia la zona de Tribuna.

De manera paralela a la revisión del proyecto entregado por Manuel Díaz se está procediendo a la planificación de la obra que es la parte más compleja, previo paso a sacarla a licitación, un procedimiento administrativo que se calcula que durará unos cinco meses. Si finalmente las máquinas están trabajando sobre el terreno el verano próximo, se espera que el campo esté listo en septiembre de 2026. En cambio, si el procedimiento administrativo de licitación sufre retrasos y no permite que las obras den comienza el próximo verano, habría que esperar al de 2025, ya que al tratarse del terreno de juego no se podría actuar por estar el equipo en plena competición liguera.

Lo que sí se tiene claro desde el Gobierno local, tal y como asegura López Gil, es que el estadio se hará de “una tacada”, pero siempre contando que irá por fases. Tras el terreno se reformaría la Tribuna, posteriormente se demolería la Preferencia para construir los anillos que la unirían a la dos fondos y a estos con la Tribuna. La idea es que durante el desarrollo de los trabajos el estadio mantenga una capacidad para unos 3.000 espectadores para que los aficionados puedan seguir viendo los encuentros de su equipo durante la temporada oficial.

Una de las preocupaciones es el estado de deterioro que presenta actualmente la visera de la Tribuna. Desde el Ayuntamiento se ha encargado un estudio y finalmente no será necesario derribarla para hacer una nueva, lo que provocaría un encarecimiento todavía mayor del proyecto. Finalmente la empresa que se ha encargado de realizar el estudio le ha dado un presupuesto al Ejecutivo local con el que se acometerá una actuación para acabar con las filtraciones de agua y el posterior pintado de la citada visera. 

En cuanto a la financiación para acometer la obra, López Gil ha anunciado que se va a solicitar ayuda económica a otras administraciones para costear la construcción del futuro estadio, aunque deja claro que si finalmente no entra dinero de fuera será el propio Ayuntamiento el que con recursos propios se encargará de la ejecución de las instalaciones deportivas.

El mantenimiento

Tirando la vista hacia delante y pensando que de una vez por todas y tras muchas promesas el nuevo estadio de fútbol es una realidad en tres o cuatro años, toca saber quién se encargará de su mantenimiento. Pues bien, desde el Consistorio isleño se tiene claro que se redactará un convenio de cesión para que sea el San Fernando el que se encargue del mismo, incluido el cuidado del césped que tantos quebraderos de cabeza ha dado en las últimas temporadas.

Llegados a este punto, López Gil considera de que el hecho de que el recinto pueda acoger eventos a pie de campo puede suponer también ingresos extras para las arcas de la entidad azulina en el futuro.

Un órdago con la  Ciudad Deportiva

El portavoz del Gobierno local, Fernando López Gil, no se anduvo por las ramas al pedir al actual grupo inversor, y más concretamente al presidente azulino, Louis Kinziger, que “empiece ya con la redacción del proyecto para la construcción de la futura Ciudad Deportiva en los terrenos de Los Polvorines que le vamos a ceder, que eso sí que lo van a ejecutar ellos. Ello posibilitaría que en cuanto terminemos de formalizar el desarrollo de esa zona, las máquinas puedan entrar ya a trabajar. Además ellos no están sujetos a ningún procedimiento administrativo como nosotros al tratarse de una empresa privada”. Habrá que ver si Kinziger recoge el guante.

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