Fuentes cercanas al proceso negociador han confirmado que la intención de La Seda pasa realmente por la venta de sus instalaciones comarcales y no se trata de un mero movimiento especulativo para consumir el expediente en vigor. Todo ello a pesar de que la venta suponga la creación de un competidor directo en el mismo segmento de mercado.
De hecho, La Seda ha confirmado que “aunque el proceso en la planta de San Roque se encuentra en fase de presentación de ofertas, la compañía ya ha recibido tres solicitudes de compra”. Con todo, el grupo catalán prevé cerrar esta venta y la de la planta de Simpe (Italia) “antes del 31 diciembre 2010”.
Sin inconveniente
La planta sanroqueña podría ser comprada sin inconvenientes legales a pesar del Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) que actualmente atraviesa hasta el próximo 1 de septiembre. Con todo, La Seda podría levantar el expediente suspensivo para retomar la actividad y que la fábrica fuera comprada ya en marcha.
Los trabajadores de la factoría comarcal estaban barajando cursar ante la Delegación Provincial de Empleo un solicitud para cancelar el ERTE en vigor. Sin embargo, fuentes de UGT confirmaron ayer que se está revisando a fondo el expediente para intentar encontrar la postura más beneficiosa para los trabajadores.
Así pues, representantes de UGT en el comité de empresa repasaron que “el compromiso que teníamos recogido en el expediente estaba ligado al arranque. Si volvemos al puesto de trabajo se acaban las garantías de permanencia de los 94 trabajadores. Estamos estudiando a fondo esta cuestión porque queremos ir con pies de plomo en este asunto”.
De esta forma, desde el sindicato se sopesa “no remover” el expediente suspensivo y centrar los esfuerzos en “ponerse a trabajar con el futuro comprador”. En cualquier caso, lo que parece claro es que se va a “luchar por mantener los puestos de trabajo, entre quien entre”.
Temor por Tarragona
UGT teme que La Seda intente repetir en el Campo de Gibraltar lo acontecido días atrás en Tarragona con la venta de las instalaciones allí ubicadas, Industrias Químicas Asociadas (IQA), a American Industrial Acquisition Corporation (AIAC), por 23 millones de euros. Según el sindicato, la compañía norteamericana “no es un grupo productivo sino que está especializado en el cierre de empresas”.
Una postura que choca con la de La Seda, que declaraba que la venta de la planta tarraconense de producción de óxido de etileno se produjo porque AIAC presentó “la mejor oferta pero sobre todo, porque cuenta con una política de inversiones a largo plazo que garantizan el futuro crecimiento y la viabilidad de las instalaciones y de sus empleados (120 en total)”.
