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sociedad

El Gobierno vasco confirma que un vecino de Irun mató al otro y luego se suicidó

Dos hombres, Josu Recalde, de 53 años, e Ignacio Ábrego, de 47, aparecieron muertos en las inmediaciones de un caserío con heridas de arma de fuego

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  • Coche patrulla de la Ertzaintza. -

El consejero de Seguridad del Gobierno Vaco, Josu Erkoreka, ha confirmado que uno de los vecinos hallados muertos ayer en el barrio de Olaberria de Irun (Gipuzkoa) mató al otro y luego se suicidó.

Dos hombres, Josu Recalde, de 53 años, e Ignacio Ábrego, de 47, aparecieron muertos en las inmediaciones de un caserío con heridas de arma de fuego.

El consejero ha confirmado que entre los dos existía una relación económica desde hace tiempo porque compartían "propiedades y negocios", y que, según las investigaciones de la Policía Científica y los forenses, Recalde asesinó a Ábrego y después se suicidó.

A esta conclusión ha llegado la Ertzaintza después de analizar la orientación de los disparos y de otras circunstancias relacionadas con los cuerpos y el entorno del lugar del suceso.

En cuanto a las motivaciones, el consejero ha dicho que existen "casi mil posibilidades, por lo que habrá que investigar mucho más en sus entornos respectivos, sobre sus negocios y relaciones personales y familiares".

"Hoy por hoy no hay una hipótesis definitiva sobre las motivaciones", ha dicho Erkoreka, que ha enviado un mensaje de "cercanía y solidaridad a las familias" de los dos fallecidos.

Los dos implicados en el suceso fundaron el 16 de diciembre de 2011 la empresa Eluzandi S.L., de la que ambos eran administradores mancomunados, y cuya sede social figuraba en el barrio de Olaberria número 61, la zona en la que ocurrieron los hechos.

Según consta en el Registro Mercantil, el objeto social de la empresa era la "adquisición, arrendamiento, subarrendamiento, mantenimiento y enajenación, por cualquier título de fincas rústicas y urbanas".

Al parecer, los dos fallecidos poseían un terreno que explotaban para diferentes usos, como el alquiler de espacios para el aparcamiento de autocaravanas y un negocio de cuidado de perros de caza.

El presunto autor del crimen, Josu Recalde, se dedicaba al negocio de la construcción, junto con uno de sus hermanos, y era aficionado a la caza.

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