El resultado de los enfrentamientos eleva a 24 el número de víctimas mortales de los disturbios que se desataron el pasado jueves con el comienzo de la operación de asedio en la que participan unos 30.000 soldados apoyados por comandos policiales.
Además, cerca de treinta manifestantes resultaron heridos en varios lugares de las inmediaciones de la zona en la que se atrinchera el grueso de los camisas rojas, cuando las tropas repelieron a los manifestantes armados con pistolas y pequeños explosivos artesanales similares a los tradicionales cohetes pirotécnicos.
Otros camisas rojas, muchos de ellos con la cabeza cubierta con ese frágil casco de plástico que la mayoría de los motociclistas emplean, portaban tirachinas, barras de hierro, afiladas cañas de bambú y otras armas primitivas.
Las víctimas mortales y una decena de heridos se produjeron a raíz de un tiroteo ocurrido en el acceso norte de la zona de tres kilómetros cuadrados en la que está ubicada la base roja.
En otro extremo de la zona ocupada y cerca del parque de Lumpini, un número indeterminado de manifestantes resultó herido cuando los soldados abrieron fuego sobre un nutrido grupo, después de que fueran atacados con dos granadas, cuya metralla alcanzó a por lo menos un militar, según relatos de testigos.
El cariz tremendamente violento se reflejó en las imágenes que uno de los canales estatales difundió y que mostró como un grupo de manifestantes baja a empellones de un camión militar de carga, a un soldado que tras rendirse e implorar clemencia, recibe un disparo a bocajarro.
En tres jornadas de violencia, unas 190 personas han resultado heridas por impactos de proyectil, entre ellas un reportero gráfico canadiense y tres tailandeses.
El primer ministro de Tailandia, Abhisit Vejjajiva, advirtió ayer de la inminencia de una acción con fuerza para aplastar a los manifestantes antigubernamentales que desde hace cinco semanas paralizan una zona central de Bangkok.
“No vamos a dar marcha atrás y permitir que aquellos que transgreden la ley y han creado una milicia armada, intimiden al gobierno” dijo el jefe del Ejecutivo en un discurso retransmitido por los canales de televisión.
Vejjajiva en su primera intervención pública desde que el pasado jueves estallaron los disturbios, añadió que “queremos restaurar el estado de ley, la paz y normalidad”.
Al mismo tiempo que Vejjajiva pronunciaba estas palabras, unos 2.000 ‘camisas rojas’ del frente antigubernamental se dirigían en motocicletas y otros vehículos en dirección a la base roja.