El alcalde de Málaga ha vuelto a reivindicar que la venta de los antiguos terrenos de Repsol para constuir tres rascacielos es un proyecto que solo tiene ventajas para la ciudad. Habla de lógica y seguridad jurídica para hacerlo y no teme que haya marcha atrás, después de que Bosque Urbano paralizara la mesa de contratación la pasada semana.
El Ayuntamiento insiste en que los terrenos de Repsol tienen que convertirse en una zona edificada para viviendas, oficinas y comercios, y no en un bosque urbano. El alcalde, Francisco de la Torre habla del deseo de convertir a Málaga en la 'ciudad de los tres minutos': todo más cerca y más cómodo. Y con su megaproyecto defiende que la "centralidad" sería clave.
Ha vuelto a parapetar el proyecto en el argumento que dio hace cinco días: los estudios que demuestran "que el ahorro de CO2 es muy superior con los rascacielos, en lugar de si en esos 25.000 metros cuadrados de huella se plantaran árboles". Ha asegurado que mandará un informe demostrando los datos de este estudio, ya que "no era el momento" de desgranar el asunto cuando ha sido preguntado esta mañana en el acto de apertura de la conferencia sobre materiales reciclados en obras 'Asphalt Rubber Conference'.
¿Marcha atrás a las torres de Repsol? “No, tiene unas ventajas para la ciudad como la centralidad, tener 80.000 metros cuadrados de zonas libres, tener más de 28.000 metros cuadrados de aparcamientos, mejorar el entorno y articular el distrito, impulsar el polígono San Rafael y llegar hasta la feria. Estamos convencidos de la razón que ampara nuestro planteamiento, tenemos la seguridad jurídica y la lógica detrás", asegura el edil malagueño.
Unas declaraciones que tienen lugar después de que el Ayuntamiento de Málaga suspendiera la semana pasada la mesa de contratación en la que se iban a dar a conocer definitivamente las propuestas ganadoras en el concurso de los terrenos de Repsol. Las firmas que se presentan a ejecutar las torres de 32, 30 y 28 plantas son Urbania, Stoneweg, Acciona, Single Home y Exxacon, con un precio de partida es de 43,7 millones de euros.
El Consistorio comunicó esa paralización a los representantes de las cinco empresas que se han presentado a la subasta. El plan es levantar tres rascacielos de 528 viviendas y dos zócalos de cuatro plantas de oficinas y zonas comerciales.
En la oposición a este megaproyecto, Bosque Urbano Málaga ha conseguido parar el proceso y confía en poder frenarlo en seco, algo que tanto PSOE como Unidas Podemos respaldan. Reclaman convertir en un pulmón verde esa parcela de 177.000 metros cuadrados de superficie en los antiguos terrenos de la petrolera. El litigio continúa y, de momento, el alcalde se mantiene firme y confiado en que saldrá adelante la adjudicación de estos terrenos con el fin que pretende.