Viernes de Dolores y Sevilla comienza oficialmente su Semana Santa más esperada. Y lo hace incorporando, como ya se hizo durante la Cabalgata de Reyes Magos, drones con cámaras térmicas y megafonía, unos instrumentos tecnológicos que se unen a los que se han ido poniendo en marcha en los últimos años para garantizar tener una “respuesta rápida” ante episodios que el delegado de Gobernación y Fiestas Mayores, Juan Carlos Cabrera, reconoce que para evitarlos también es necesario un poco de civismo y educación por parte de la sociedad.
Para Cabrera, en cuestión de seguridad, la Semana Santa es “como cualquier gran evento en el que los elementos de seguridad tiene que estar perfectamente establecidos y definidos”, aseguraba en el Informativo de 7TV, y junto a la coordinación y centralización del Cecop, los instrumentos que los complementan son las cámaras de seguridad, la iluminación adaptada, la megafonía de alerta o las vallas de aforamiento en determinados cruces, a los que se unen este año la novedad de los drones, “que nos permita tener una instantánea real y dar una respuesta rápida”, drones que incluyen cámaras térmicas y megafonía por si hay que usarlos para disuadir o advertir.
En cuanto a los aforamientos, Cabrera ha negado que haya más y ha concretado que se localizan en determinados cruces en los que hay que garantizar el paso “con respeto y solemnidad” de las procesiones y están en las siete zonas en las que el Cecop ha dividido la ciudad para establecer el dispositivo. Se vuelve de nuevo a la “ley seca” o la prohibición de que se consuma alcohol o se beba en la calle una hora antes del paso de la cruz de guía, además de la retirada de veladores, y en el caso de la Madrugá se aplica a las siete zonas de control, donde a partir de la 1 no habrá ningún bar abierto para evitar el consumo excesivo de alcohol y también las botellonas en la vía pública.
“Tenemos un diamante en las manos, algo tan identitario, tan devocional y de tanta riqueza patrimonial que tiene que venir acompañado de la propia sociedad para que no vaya distorsionándose o deteriorándose por comportamientos incívicos. Entre todos tenemos que poner un poquito, ganar en civismo y, sobre todo, en educación”, reflexionaba Cabrera, que recordaba que la raíz de la Semana Santa es religiosa y si hay “grupos reducidos, minoritarios” que no quieren vivirla tal y como es “hay otros escenarios que buscar en otros puntos de la ciudad”. “La administración pone de su parte y los ciudadanos tienen que poner la suya”, apuntaba.
Caseteros, debate “vacío”
Juan Carlos Cabrera se mostró bastante optimista ante la amenaza de huelga de los caseteros, ya que considera que “son profesionales, hay negocio y se cubrirá en su totalidad” pero ha sido muy crítico con las reivindicaciones del sector y ha considerado que es un “debate vacío” porque “lo que está vigente es lo mismo que antes”, porque “no se ha cambiado nada”.
Cabrera dice entender que haya escasez de mano de obra pero es una “oportunidad de negocio” y se puede contratar a más trabajadores. “Lo que no se puede pretender es que no tengan ocho horas de descanso tras un turno de 16 horas”, ha espetado, esperando que la llamada de atención que han hecho no busque “que no se realice la labor de inspección”, porque hay que respetar las normas que la legislación laboral establece.
En cuanto a las mascarillas, ha apuntado que aunque este año se estén diseñando casetas con doble techo para mejorar la ventilación, es difícil guardar las distancias y que no haya aglomeraciones, por lo que ha apelado a la prudencia y a su uso, aunque una vez que se retiren en interior, sólo se puede apelar a la voluntad propia.
Al respecto, la Asociación Andaluza de Hostelería de Feria mantiene el paro previsto para la próxima Feria de Abril de Sevilla por considerar que los horarios laborales incumplen la reforma laboral, que fija limitaciones en la contratación laboral.
Según ha confirmado a EFE el bufete de la entidad, los hosteleros mantienen su intención de “continuar en la misma situación, sin ningún cambio previsto”, tras la convocatoria del paro el pasado 31 de marzo.
Los hosteleros convocaron el paro alegando que los horarios laborales que se establecen los días de Feria incumplen lo que estipula la reforma laboral recientemente puesta en marcha, en la que se recogen una serie de exigencias que “implican importantes limitaciones” a la hora de llevar a cabo la contratación del personal.
Los trabajadores de la feria se enfrentan a jornadas que superan las doce horas en muchos de los casos, una situación “excepcional” que queda al margen de la ley y por la que la asociación reclama un “régimen especial” que les proteja.