Que sí sale. A las calles, a mi corazón, al alma de Andalucía, al buque escuela y al batallón de la libertad; que sale, a mi repeluco y a tu recuerdo, a la tregua y al circo del sol. Que sale, que Julio sale por febrero, que sigue siendo el rey, que no somos de piedra y necesitamos una noche de ronda. Que sí, que ellos rondarán con bandurrias y guitarras las esquinas de tu pensamiento y lo harán con almíbar de tablas pisadas con amor a la tierra, en ese vaivén de cuerdas de guitarra que acaricia la espina dorsal de esta espalda mía que eriza cada vértebra con las coplas de su coro puestas de fondo...y de forma. Os estoy escuchando -y sintiendo-.
Que sí sale. A tu paladar, a tu coche, al teléfono móvil, a las calles de Cádiz. Por Andalucía. Por el callejón de los negros, por el youtube en tu oído, en tu ducha, en tus besos, en esa soledad de vuelta a casa cuando tu soledad dentro del vehículo se echa en los brazos de la Gaditana. Sale, mi coro sale. Por los poros y por los puertos, por garajes y estaciones, por las esquinas y las avenidas, por mis lágrimas, por las páginas del libro que escondo en la biblioteca de un castillo encantado en el que gobierna el maestro Julio Pardo.
Que sí sale, que mi coro sale este año. Lo hará desde la cueva de María moco y recorrerá la trattoría y mis arterias. Que sale, lo hará a través de los años y los besos que nos dimos. Sale en cada abrazo, en cada ensayo con la familia aguardando en casa. Lo hará dentro del teatro de los sueños, a lo largo y ancho de los chupetes y las chucherías de un cumpleaños feliz inolvidable; sale en estas líneas escritas a golpe de respeto y emoción. Sale. El coro de Julio Pardo sale este año, en los ojos del maestro lo he visto, en esa sonrisa suya salpicada de guadalquiviris y arrugas de cuerdas del tiempo, de viento y de metales nobles, de genialidades y versos. Sale, el oro de mi coro sale por la brújula de mis años, por mis ganas de tenerlos delante.
¡Cómo no va a salir Julio Pardo, si vive en mi corazón! El coro de la Catedral canta en este pecho ahora mismo y no sé bien si reir o llorar, si bajar de una vez su música de fondo o ahogarme en el fondo de su música. Voces de la gloria, no puedo pagaros todo lo que me habéis hecho sentir. Y aquí me tenéis, en primera fila de fidelidad. Yo sé que salís este año.
Sale. Mi coro sale. Lo buscaré en las calles, en las esquinas de mis poemas, en los textos y en el aire, en la sal y en el son, en los latidos que tengo aquí, cerca de estas imágenes en las que aparecen ellos cantando, arrancando mis lágrimas en este pedazo de gloria que se llama Pureza.
Sale. Mi coro sale. Cantad conmigo...Salve, Reina y Madre y marinera, la que llena todo de Esperanza, la que va camino de Sevilla y derrama luz por donde pasa.
